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¿Hay un hombre en casa?



La responsabilidad del hombre

Cualquier mujer quiere que su esposo, más que ninguna otra cosa, la proteja. Protección es amor, interesarte en sus necesidades y tratar de suplirlas, mientras sean cosas justas.

El hombre es responsable de lo que sucede en su casa y esa es la pura verdad; como líder del hogar, la responsabilidad de lo que sucede en el hogar recae sobre el hombre, el hombre es la cabeza de la esposa, esto quiere decir que está dispuesto a guiar, dirigir y proteger de forma tierna y amorosa a la esposa.

            Los padres tenemos la responsabilidad de ayudar a nuestra familia a evitar las experiencias que la harán desviarse del buen camino, aún cuando en toda la familia habrá sufrimientos, los padres tenemos la responsabilidad de establecer los límites morales de nuestra familia y enseñarla a enfrentar y sobreponerse a las dificultades, a saber que esta sociedad está rodeada de conflictos, necesidades y apuros.

            Yo te pregunto ¿qué progreso estás haciendo hacia la verdadera hombría? Para ti la hombría es embriagarte y golpear a tu mujer, imponer tu voluntad sobre otros, tener muchas mujeres, ser más fuerte que otros, etc. ¿Estás dispuesto a avanzar desde el punto que ahora te encuentras? ¡Vamos para adelante! ¡Échale ganas!

            Un psiquiatra británico decía que hubo un tiempo que él pensaba que el problema era que había mujeres dominantes que estaban tratando de tomar para ellas el papel de sus esposos. Después llegó a la conclusión de que no era simplemente una cuestión de mujeres ansiosas de poder, sino de mujeres con el deseo de sustituir a los hombres antes de que éstos causaran la ruina de sus hogares.

            Por lo visto, muchos hombres no se han dado cuenta de que ejerzan o no la autoridad en el hogar, siguen teniendo la responsabilidad por su familia. En muchos hogares las esposas enérgicas han tomado esa autoridad y han relegado a sus despreocupados esposos al puesto de meros espectadores.

Pero los niños captan esta situación rápidamente y lo peor es que empujan a su padre a un papel secundario.

            Para sorpresa de muchos, este arreglo que parece consistir en hacer lo que se presente naturalmente, crea toda clase de problemas cuando el hombre no toma el liderazgo en la casa. Los hijos son desobedientes e irrespetuosos, las esposas viven con ansiedad, frustradas, agobiadas, con preocupaciones que nunca terminan.

Muchas veces la situación económica se enreda y se hace caótica, los días se recargan de toda clase de actividades y la comunicación familiar se convierte en un chiste de mal gusto.

            Cuando la esposa dominante evita estos problemas con sus grandes dotes de mando, lo que hace es alimentar otros conflictos para el futuro.

            Un resultado trágico de la dominación de la mujer en el hogar es la desviación sexual, los hijos y las hijas crecen en un hogar en que los papeles se han invertido y subconscientemente no están dispuestos a identificarse con modelo sexual natural.

Hoy abundan los homosexuales y la misma sociedad carece de normas morales a las cuáles atenerse con la seguridad que brinda el verdadero hombre.

            El concepto de hombre que tenemos hoy en día está muy torcido; en la política es corrupción, en el liderazgo de algunas religiones también es corrupción, en el campo de la educación también es corrupción y abuso de poder. En el hogar es lo mismo.

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