Los retos deportivos de un IRONMAN y montañista del Aconcagua
 

“Si él puede, yo también”, esto motiva al escalar
 

Por: Lic. Olga Almanza Garrido, Terapeuta familiar

 

El novio de Mariana, Diego, ya en la parte final, cuando tú ves la montaña y ves que ya estás cerca, pero a la vez percibes que por cada paso que das parece que transcurriera una hora, tú lo ves cerca, pero la realidad es que estás lejísimos, entonces, el ya estaba destrozado mentalmente y  todos echándole porras:

“Diego, sí se puede”, decíamos, vamos a  hacer la Técnica de los 10 pasos, así que contábamos diez pasos y luego descansábamos, y así una y otra vez, parecíamos exploradores.

Definitivamente que estar con más gente te motiva y además puedes ver que sí se puede, dices: “Si él puede, pues yo también”, entonces esto como que te va motivando a seguir.

Es en todos estos puntos donde la mente empieza a sabotearte y escuchas que te dice: “No puedes”, “¿Qué haces aquí?”, “¿Para qué?”, “No sirve de nada”, “No te van a dar nada” y sí, empiezas a creértelo y piensas: “Ya me voy”, “Ya me voy”…pero bueno, a diferencia del Ironman, en la montaña piensas: “Ya me voy”, pero, ¿A dónde te vas?, no tienes a dónde irte, así que el ir con gente es muy importante porque es un apoyo sicológico, enorme.

¿Cuántos metros de altura tiene el Aconcagua?

Tiene 6,962 metros, son prácticamente 7,000 metros de altura, porque está muy en el sur, cerca del Polo, dicen -no te lo podría asegurar- que por su ubicación en el globo terráqueo, la presión que hay en los polos, la sensación de altura no es de 7,000 sino de 7,500 metros de altura lo cual significa que el mal de altura te va a afectar más.

Tengo una duda Iván, ¿Cómo es posible que después de haber pasado el Triatlón, quisiste pasar el Año Nuevo escalando? Platícanos, ¿Cómo fue tu recuperación después de haber terminado el Ironman? y ¿cómo es que luego decides ir a escalar esta montaña?

Bueno, sí era de preocuparse un poco. Después del Ironman transcurrió como mes y medio después para la expedición del Aconcagua. Lo hablé con Israel, el guía, y me dijo: “es buen tiempo para recuperarte”. El cómo salté de una cosa a otra es porque a mí siempre me han gustado los retos, más que por hacer un buen ejercicio o mantenerte en forma.

Superar retos en los deportes amplía tu visión a lo largo de tu vida

Yo lo veo más como un reto y decirme: ¿Puedo hacerlo? ¿Puedo llegar? ¿Lo hice? Me interesa saber qué va a pasar después de estas cosas, cómo me voy  sentir, si me va a gustar o no, qué sigue. Me gusta mucho pensar en esto, qué voy a sentir después de vencer este reto.

Yo creo que es la adrenalina lo que me mueve, la necesidad de sentir esa adrenalina, lo que me mueve a hacer estas cosas, no sé, siento que cuando uno hace estos retos y que no sabes si lo vas a lograr o no, a menos de que tengas la fuerza mental, es que se abren muchas puertas y como que la mente entiende que eres capaz de hacer más.

Se abren esas puertas y como que las vas desbloqueando como en los videojuegos, vas desbloqueando niveles. Siento que en la mente la vida se ve diferente después de que superaste varias cosas como las que he hecho a lo largo de mi vida.

Bien Iván, platícanos, llegas al Aconcagua ¿y luego? Platícanos de tu viaje, tu ruta, ¿Cómo es la vida ahí en la montaña, qué comen ahí, cómo se vive?

Ahora que lo he platicado con los amigos, el Aconcagua, a diferencia del Pico de Orizaba, es muy impactante. En el Pico de Orizaba tú llegas, te llevan en una camionetita de 4x4 a la falda de la montaña, llegas al albergue o campamento que se llama Piedra Grande. Al día siguiente te levantas a las dos de la mañana, subes o intentas cumbre, bajas y vámonos. En un día subes y bajas.

Subir la montaña te invita a “no pensar en el final”
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