Los retos deportivos de un IRONMAN y montañista del Aconcagua
 

En cada deporte se desarrollan diferentes músculos
 

Por: Lic. Olga Almanza Garrido, Terapeuta familiar

 

La montaña es otra cosa, porque manejas otros músculos de la pierna y piensan que va a ser fácil y se les complica muchísimo. Subí mucho las montañas para acostumbrar las piernas y adquirir condición, voluntad e irte aclimatando a la altura.

Lo que hice -y que me sirvió mucho aunque también me espantó porque no vi que me estuviera sirviendo bien- fue subir tres veces al Pico de Orizaba antes de ir al Aconcagua.

Allí me dio el “Mal de altura”. El Pico de Orizaba es la montaña más alta de México o el Citlatépetl, es un volcán que está entre Veracruz y Puebla; acampamos en alturas de 5,000 metros y estuvimos en el Pico de Orizaba. Antes de esto, ya había estado allí otras tres veces. Para intentar llegar a la cumbre.

¿Por qué dices que no te sirvió de mucho? ¿Te diste cuenta de que te afectaba la altura?

Es que la primera vez que fui no lo subí porque me pegó muy duro la altura. Empiezas a vomitar, te sientes mal, muy cansado, te duele la cabeza. Es una experiencia muy rara el “Mal de montaña” y  las tres veces previas que fui al Pico de Orizaba para ir después al Aconcagua, sentí que no me estaba aclimatando bien, llegaba a los 5,000, y el Pico de Orizaba tiene 5,600 metros de altura, casi 5,700.

Antes de llegar a la cima cuando acampamos en la base del glaciar que está a 5,000 metros me empecé a sentir mal, nada más una de esas tres veces subí, pero subí destrozado. El guía ahí se convierte en todo, se convierte en tu cura, en tu sicólogo, en todo, el es tu vida. Me decía: “Sí puedes”, y sí, llegué hasta arriba pero nunca me había sentido tan cansado, muy cansado.

El “Mal de montaña”: un gran obstáculo de vencer
El día que hicimos cumbre en el Aconcagua, fue más cansado que en el Pico de Orizaba, porque estaba mal y aun así subí hasta la cumbre.

El “mal de montaña”, es como si estuvieras “súper crudo”, como una cruda espantosa, te duele la cabeza, te sientes mal, estás mareado, tienes náuseas pero espantoso y luego subir la montaña, y traes peso y mientras más subes te sientes peor, entonces la mente te dice: ¿Qué estás haciendo aquí?, ¿Para qué vas arriba? La mente te empieza a poner una barrera enorme donde tú mismo te quieres sabotear.

¡Qué difícil Iván! La lucha entre la razón, los pensamientos. Se requiere de una gran preparación mental y física como lo comentaste antes.

Iván, ahora quisiera preguntarte sobre tu equipo aquellos con quienes compites, y el equipo que te acompañó al Aconcagua, ¿De qué manera te impacta a ti el hecho de estar acompañado en las competencias en retos como estos?

Antes de contestar a tu pregunta, solo aclarar que el Aconcagua es el más alto de Latinoamérica y también el más alto de todo el Continente Americano y también el Aconcagua es la montaña más alta fuera de Asia, porque en Asia es donde están las montañas del mundo, los “14 Ocho miles” están ahí, es decir, 14 montañas de más de 1000 metros que están ahí, en la región de Asia Central, y fuera de esa parte, la montaña más alta en el mundo fuera de ahí es el Aconcagua.

En relación a tu pregunta, estos tipos de entrenamientos y competencias sí se pueden hacer en solitario, pero sí es muy importante el apoyo que te puedes dar con otras personas, es decir, el apoyo sicológico, el apoyo afectivo, etc.

Por ejemplo, íbamos el día de cumbre, y una compañera del equipo, Mariana, no pudo subir, se sentía cansada, entonces se regresó con Israel Bretón que era nuestro guía, y nosotros seguimos con la novia de Israel, quien es también es guía, y seguimos.

Algo muy chistoso fue que ella nunca había ido al Aconcagua, aunque era guía experimentada de montaña, pero no al Aconcagua, ¡pero sí llegamos! Ella había leído previamente toda la ruta, había hablado con Israel y se habían preparado desde medio año antes, mínimo.

“Si él puede, yo también”, esto motiva al escalar
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