¡Libre para amar!
 

¿Cómo cambiar mi forma de vivir?
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Una vez que una persona se acostumbra a vivir egoístamente, ¡qué difícil es cambiar de camino! El ser humano es un ser de hábitos y esos hábitos se obtienen a través de la práctica diaria. Los hábitos son parte de la vida y por eso es importante aprender buenos hábitos, porque si éstos son malos, serán un lastre para la persona y le afectarán durante toda su vida.

Una persona iracunda, que no sabe cómo calmarse tiene una conciencia que le acusa y le dice que está afectando a su familia. Pero él no puede cambiar, está habituado a esos arranques de ira, a estallar de esa manera porque fomentó esa actitud durante muchos años, sin pensar en el daño que causaba. Simplemente, expresa a los demás su coraje porque las cosas no se hacen como el quiere.

El aprender a hacer el bien cuesta. Por lo general, las personas no saben hacer el bien, tienen que aprender y habituarse, porque durante muchos años no hicieron lo que es correcto.

La familia también es afectada por el egoísmo. La persona egoísta no da amor, sólo espera ser amado. En el caso del adulterio, se afecta al cónyuge que ha sido fiel y se afecta a los hijos; en la fornicación, se afecta al joven o a la joven con alguna enfermedad de transmisión sexual o algún embarazo no deseado.

El egoísmo no permite ver la necesidad de los demás. En la sociedad, mucha gente tiene la oportunidad de ayudar a los más desvalidos y a la gente pobre, pero muchos piensan y dicen de los pobres: “Qué se pongan a trabajar, son flojos”, y no consideran que mucha gente no ha tenido las oportunidades que ellos.

Las personas se habitúan a la cerveza, al cigarro, a la mentira, a la codicia o a la inmoralidad sexual; de igual forma se habitúan a vivir egoístamente. Pero usted ya sabe que esa forma de vivir es egoísta y que no lo va a llevar a nada más que a una vida vacía y de culpabilidad.

También le provocará una sensación de haber desperdiciado el tiempo, de no haber hecho algo que edificara y de haber causado mucho dolor a sus seres queridos. Más adelante usted verá que no hay lazos fraternales entre sus hijos y se quedará solo, porque no fomentó el amor con su familia. Usted sufrirá el egoísmo que sembró.

El antídoto para esto, ¡es amar! Es dejar de vivir para sí mismos y dejar de buscar el interés personal; es un cambio radical de actitud.

¡El amor es la solución!
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