Por: Ing. Gilberto Sánchez

Muchos viven de una manera inmoral y sólo piensan en su placer. Algunos cometen adulterio porque piensan únicamente en su felicidad, porque la otra persona está más joven y más bonita. Los padres no piensan en el daño que pueden causarle a la esposa y a los hijos con esa traición al pacto matrimonial. No están pensando en la felicidad de su familia; realmente no la aman.

Lamentablemente, en la sociedad están ocurriendo muchos divorcios, a veces por cosas muy simples y suceden porque cada quien busca lo suyo propio. Las parejas no entienden que se casaron para buscar el mayor bien de la familia, no el suyo. Por eso los matrimonios fracasan, porque se casan pensando en su propia felicidad y no en la del otro, porque no saben amar.

Un padre de familia que comete un adulterio muestra una falta de amor por su esposa, por mucho que diga que la quiere. “Es que tú tienes la culpa, tú no me das lo que yo quiero, tú no haces lo que yo quiero”, son algunas frases de personas adúlteras.

Hay mujeres que después de un golpe o una bofetada, van y se meten con otro hombre y luego le dicen al esposo: “Es que tú tuviste la culpa, tú me pegaste”. Obviamente él está mal y no le tuvo amor, pero la mujer tampoco lo amó; pagó peor porque buscó venganza. Ninguno de los dos pensó en el otro, eso no es amor. Finalmente destruyen su matrimonio y los que más sufren son los hijos.

Muchas personas cometen adulterio en venganza, porque el cónyuge cometió previamente un adulterio. ¿En quién están pensando cuando cometen adulterio? ¿En sí mismos o en su esposa e hijos? Por supuesto que en sí mismos, sólo piensan en satisfacer sus deseos, se dejan llevar por sus sentimientos, no razonan ni aman. Pero la persona que se venga de esta manera no está perdonando ni pasando por alto la ofensa.

¡Qué terrible son esos hogares en donde el hombre llega borracho! La borrachera se ha convertido en sinónimo de ser hombre o ser ‘macho’. Los hombres se sienten mejores, se sienten más hombres; tienen un falso concepto de dignidad y valor personal. Toda la conciencia desaparece, no se entiende lo que es bueno y lo que es malo.