¡Libre para amar!
 

En busca de la felicidad
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Los seres humanos tenemos derechos individuales que podemos exigir que se respeten para nuestra integridad y bienestar. Es importante que haya un equilibrio para que esos derechos, como el derecho a la felicidad, no se busquen destruyendo la felicidad de otros.

Lo opuesto del amor no es realmente el odio, como mucha gente piensa. Si tomamos la definición sentimental del amor -querer a alguien-, entonces su antónimo es el odio -no querer a alguien-. Pero el amor práctico, que busca el mayor bien de los demás sin esperar nada a cambio, tiene como contrapuesto el egoísmo, porque éste último busca sus propios intereses sin respetar a nadie.

Hoy vivimos en una sociedad que invita a vivir de forma egoísta, lo cual consiste en una vida individualista, sin considerar a los demás; vivir buscando la máxima felicidad, sin importar el costo ni el cómo.

Hay muchas formas de pensar, creencias y tendencias, pero una forma de pensar que se está cultivando en la sociedad se ve reflejada en las siguientes frases: “nada es bueno o malo en sí mismo”, “nada es completamente cierto o falso”, “todo depende de la perspectiva, depende del cristal con que se mira”.

La verdad única y absoluta ya no se concibe como antes. Hoy se aceptan muchas verdades que en el fondo encierran muchas mentiras. Se nos trata de convencer que en estos tiempos no hay porqué obedecer las reglas y las normas. Existe una negación contra toda ley, norma o doctrina que atente contra la felicidad individual.

Al buscar la felicidad de una manera individual se quiebran muchas leyes y normas establecidas que dañan a terceros. En su afán y búsqueda el ser humano está dañando incluso a sus seres más queridos, aquellos hacia quienes dice sentir un gran afecto y cariño.

La gente, al pensar que nada es bueno ni malo en sí mismo, empieza a perder sus criterios morales y a quitar todas esas estructuras de valores que ha recibido a lo largo de su vida. Comienza a dejarse influenciar por lo que dice la sociedad, por lo que dicen los medios de comunicación, etc. Entonces, se pierde la noción de los valores innatos que todo ser humano posee.

El vivir de manera egoísta trae consecuencias muy fuertes y terribles. La persona que vive de esta forma va a afectar tanto a su propia persona, como a su familia, amigos y seres queridos.

Destruyendo la conciencia
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