Más que un día malo
 

Los estados de ánimo son muy variados.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Los estados de ánimo son tan variables como las diferentes expresiones del arco iris: a veces éste tiene diferentes colores, y a veces se empalma un color con otro: a veces el violeta se empalma con el naranja, y el naranja con el blanco, y el blanco con el verde, y cada uno de ellos van cambiando de color conforme a los prismas que se forman por los rayos del sol.

Así a veces en nuestras vidas se empalman diferentes situaciones emotivas y a veces ya no podemos, queremos “tirar la toalla”; y ésta es una de las frases que escucho en la consejería y en la terapia familiar. No sé si usted entienda este término, pero significa “me quiero dar por vencido”, “ya no quiero enfrentar más este problema”.

Estas situaciones ocasionan en nuestras vidas que no encontremos respuesta, nos sintamos abatidos y con desánimo, pero cuando éste se vuelve continuo y se vuelve un estado de ánimo negativo, produce depresión de ánimo, es decir, la pérdida de esperanza.

Cuando ya no tenemos esperanza, o sea esa expectativa de que las cosas se van a arreglar, esa expectativa de que va a cambiar mi matrimonio, que voy a ser feliz, que voy a encontrar la respuesta a mi problema, cuando perdemos esto, perdemos la confianza en nosotros mismos, en los demás y no sabe usted qué importante es la confianza para poder vivir, para poder soportar, para poder sobreponernos a circunstancias adversas.

Armándonos de valor

No solamente cuando estamos desanimados hay una pérdida de esperanza, sino también de confianza, de valor. Hoy muchas personas experimentamos falta de valor, no sabemos cómo enfrentar las diversas situaciones.

Hace unos días hablé con una mujer que dijo: “ voy a hablar con mi marido de una vez por todas, me voy a armar de valor” , y le dije “ ¿por qué?” Porque él me trata muy áspero, me lastiman mucho sus palabras, me afectan, me oprimen, hacen que pierda yo mi ánimo, mi esperanza, mi confianza, y esto ha sido por años y ya no puedo soportarlo.

Le dije a esta mujer: “señora, ármese de valor y hable con su esposo, y dígale que usted ya no va a tolerar más ese abuso, esa situación en la cual usted está siendo objeto de violencia frecuente por la forma en que habla su esposo y que le está trayendo severas consecuencias en un trastorno emocional a su propia vida, aun a su propio cuerpo y aun a su propia salud…”

Armarnos también de un estado de valor para poder ayudar a un hijo que está en las drogas, para no ocultar el rostro, como las avestruces ocultan su cabeza y la hunden bajo la tierra, pero dejan todo su cuerpo afuera, pensando así que están fuera del blanco del enemigo. Nosotros no podemos ser así como las avestruces, tenemos que armarnos de valor.

Armándonos de valor
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