La depresión es una condición médica que afecta no sólo una parte del ser humano, sino a toda la persona. Usted puede sentirse “triste” como si estuviera en un pozo profundo sin ninguna salida, por semanas, meses o años.

La depresión puede: Provocar una variedad de sentimientos debilitantes, como desvaloración, desesperanza, desesperación, tristeza extrema o pérdida de placer. Afectar nuestros pensamientos, sentimientos, conductas o salud física. Interferir sobre nuestra capacidad para funcionar normalmente. Lo común es que el tratamiento médico elimine la depresión; es por ello que la falta de tratamiento puede impactar negativamente en la propia salud física y mental y puede, incluso, conducir al suicidio. La depresión es un pozo, y se va haciendo cada vez más profundo, lo importante es que hay solución para salir de él.

Lamentablemente no sólo sufre mucho el paciente depresivo, sino su grupo familiar y sus grupos cercanos, ya que muchas veces no se sabe qué hacer, cómo ayudar, cómo intervenir, pues al problema se le van agregando otros problemas y esto se va agrandando; destruye la vida cotidiana de la personas y de su grupo familiar.

Con la depresión se pierde la capacidad para alegrarse y sentir placer por las situaciones cotidianas de la vida. Se pierde la capacidad de hacer proyectos, de planificar un futuro, de sociabilizar, se pierde la voluntad de "hacer".

Una de las características más dañinas de la depresión es el hecho de que los individuos quedan atrapados en un círculo de negativismo, todo lo ven mal, todo lo ven sin ninguna esperanza de poder salir adelante. Cuanto más se esfuerzan, más se alejan de su ideal. Están atrapados en el ciclo de la depresión.

Es un ciclo del cual parecen no poder escapar. Están realmente cansados de sí mismos, y ya no quieren seguir. Los depresivos luchan contra algo irracional donde la racionalidad no controla sus emociones. Cuando el pensamiento se trastorna y las emociones se alteran, el círculo depresivo se agudiza.