Por: Lic. Olga Almanza Garrido, Terapeuta familiar

El primer rol es: “No permitir a nadie que se exprese mal de mi esposo”. El respeto es importantísimo entre la pareja y entre los que nos rodean.

Cuando tú permites que alguien le falte el respeto a tu esposo, tú te estás congraciando con la gente y no con tu esposo.

El segundo rol que nosotros establecimos al iniciar nuestro matrimonio fue: “Permitir la corrección de nuestros hijos aunque no nos pareciera la forma”.

A veces queremos como “Mamá Gallina” irnos sobre aquel que le haga algo a nuestro hijos, pero lo más difícil en la corrección de los hijos, es que ellos tomen partido, por eso nosotros dijimos: “No vamos a permitir ninguna interferencia en la corrección a nuestros hijos, nos parezca o no nos parezca, hasta después, en privado, hablaremos de los desacuerdos.” Esto nos llevó a un feliz término con nuestra familia.

El tercer rol que nos pusimos fue: “Participar ambos en la casa con los roles hogareños”. Recuerdo cuando trabajaba arduamente en la escuela, con mis hijos llevándolos juntamente a la escuela conmigo, mi esposo trabajaba en un colegio particular y cuando nosotros llegábamos había sopita caliente, yo hacía lo que faltaba y todos comíamos en armonía, pero ya habíamos acordado participar en la casa con los roles hogareños.

El hombre, amados radioescuchas, vive de respeto y valoración. Cuando tú realmente quieres llevar a un hombre a un nivel alto, necesitas empezar respetándolo y valorándolo. Si respetas a tu esposo tus hijos lo respetarán y si lo valoras, llevas al frente siempre lo que él es, le darás ánimo para seguir adelante y siempre tendrás un marido triunfador.

Domingo.- Hemos trabajado juntos en escuelas, hemos sido emprendedores porque hemos apoyado el establecimiento de algunas instituciones como el Colegio Nueva Laguna, que es particular, y de una Escuela Normal también para educadoras. Todo lo hemos hecho juntos en este trayecto de los 43 años en que hemos estado casados y que hemos estado en armonía.

Elda.- Como madre siempre les puse límites a mis hijos, roles de conducta en casa, en la escuela, en la calle. Fuí enérgica y determinada. Hoy siento una grande felicidad de ver a mis hijos realizados con su profesión y su familia.

Mi lema: “Está bien la mujer, está bien todo”

Mi lema ha sido siempre: “Está bien la mujer, está bien todo”. Escúchalo bien y grábatelo: “Está bien la mujer y está bien todo” .Tú te preguntarás ¿Cómo estará bien la mujer? Más adelante te indicaremos cómo la mujer se realiza plenamente en el matrimonio, fuera del matrimonio, porque aunque este mes haya sido  declarado el mes de la mujer, para la mujer, todos los días son mes de la mujer.

Mi esposo y yo hemos trabajado con familias en restauración familiar en Durango, en Cuatrociénegas, en Lerdo, en Matamoros y en Reynosa Tamaulipas y por supuesto aquí en Torreón. Para mí, mi marido es mi incondicional, porque juntos caminamos como uno solo, por eso hoy te digo, amado radioescucha y a ti principalmente mujer, a quien va enfocado este programa.

No cierres la puerta si has tenido problemas con tu esposo, dale una nueva oportunidad a tu esposo, perdónalo. Hay un canto maravilloso que nos invita a darle una nueva oportunidad a tu esposo. Es maravilloso cuando tú puedes ver la realización plena en tu matrimonio, cuando tú le has dado a bien darle una nueva oportunidad a tu esposo.

Comentaba el profesor Domingo la labor que han estado realizando con las mujeres, madres y adolescentes como consejeros y que seguramente han visto  muchas situaciones difíciles, que han sufrido violencia, maltrato, abandono, irresponsabilidad económica, etc. Quisiera pedirles que nos comentaran ¿Por qué han sido valiosas cada una de estas experiencias para ustedes y qué han logrado ver en la mujer de hoy en México?

Elda.- Yo les diría claramente que para ser mujeres plenamente realizadas y salir muchas veces de “la cueva” en que nos encerramos, que las mujeres también somos capaces de encerrarnos en una cueva, entrar en depresiones grandes porque también somos muy sensibles, pero para ser mujeres plenamente realizadas debemos conocernos.

Si hacemos cosas que no nos agradan llegaremos a ser mujeres amargadas, frustradas, iracundas, que a los que nos rodean más les valdría no estar cerca de nosotros, pero para ser eje de esa familia debemos consentirnos y tú dirás: ¿Cómo puedo hacerlo si no tengo dinero?.