La Discapacidad Auditiva y la Familia
 

El reto familiar ante la discapacidad auditiva
 

Por: Lic. Olga Almanza Garrido, Terapeuta familiar

 

No todos tenemos la dicha de tener el sentido del oído desarrollado al 100% o bien, puede ser que sí lo hemos tenido pero con el tiempo se han presentado situaciones que han podido lastimar este sentido y provocarnos cierto grado de sordera, lo cual nos puede afectar en nuestras relaciones personales y en nuestro desarrollo humano ideal.

Para concientizarnos y sensibilizar a la sociedad, así como a la comunidad de estudiantes universitarios, hoy tenemos el gran privilegio de recibir en el estudio de Radio Universidad XHUCT a dos personas que tienen amplia experiencia en este tema: la Directora del Instituto Lagunero de  Audición y Lenguaje: Ma. Cristina Arriaga Garibay, y a la Sra. Raquel Aideé Saucedo López, quien es madre de dos niños alumnos de esta Institución.

¡Bienvenidas! Ambas van a platicarnos lo que es enfrentar esta situación y cómo podemos verlo en familia no como un problema, sino como un reto, al transformar estas dificultades en oportunidades. Gracias por acompañarnos.

Ma. Cristina, ¿nos puedes explicar en qué consiste la discapacidad auditiva y cómo vive un niño o un adolescente, con esta discapacidad?

Gracias Olga por la invitación.

La pérdida de la audición, es la pérdida total o parcial
del sentido del oído, de  la escucha.

Hay personas que pierden totalmente el  sentido de la audición al nacer o después de nacer y hay personas que tienen sus “restos auditivos”. Cuando hay restos auditivos ellos pueden tener un complemento con un auxiliar auditivo para que puedan escuchar ciertos tipos de sonidos, no todo.

En la institución donde estamos, Instituto Lagunero de Audición y Lenguaje, AC (ILAL, AC), ofrecemos la educación de los niños sordos.

La discapacidad auditiva va más allá de lo que es la “limitación de escuchar”, porque abarca más cosas; primeramente es el hecho de que se enfrentan a más situaciones dentro de la familia.
 
Cuando los padres se enfrentan a esta situación, lo primero con lo que deben de trabajar es con la pérdida, es decir, comprender que su niño no escucha; y después, ir trabajando con esas limitaciones que nos da la sociedad.

Me refiero a esto porque es importante que a estos niños no se les trate como a una persona enferma.

Hay casos -que ha sido difícil creer- donde las papás comentan que un médico les dijo que sus niños sí van a llegar a escuchar. Esto trae consecuencias porque entonces vemos que los papás piensan que sus niños sí se van a curar o que se pueden operar y que en algún momento de su vida van a lograr escuchar.

Desde aquí vemos que ya se les está discriminando porque ya se les está dando cierta  identidad a estos niños, de modo que no se  pueden identificar totalmente en un grupo de pertenencia, (aquí es donde viene lo importante de la aceptación) porque no debiera haber un problema de aceptación frente a su persona, pues un niño sordo es bicultural, pertenece a dos culturas: porque está dentro de la cultura de los que oyen y también en la de los sordos.

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