Por: Lic. Olga Almanza Garrido, Terapeuta familiar

Tuve el caso de una alumna en semestres anteriores, en el cual el padre llegó muy sorprendido a mi oficina y me dice: “Maestra, estoy muy asustado porque tengo el kárdex de mi hija y no refleja  calificaciones, no tiene ningún parcial en ese semestre.

Trabajo para que mi hija salga adelante, vengo y la dejo a la puerta de la escuela, estoy pendiente en su salida, inclusive yo la recojo y sigo pendiente cuando llega a la casa etc., ¿qué puedo hacer aquí?” Son casos en los que nos es difícil dar un consejo.

Mi postura fue la de alentar al padre y llevarlo a acercarse a su hija en esta situación. La recomendación fue de hablar con ella y transmitirle su preocupación,  pues  nosotros somos intermediarios en casos así.

Antes de entrar al estudio de grabación, comentábamos que los docentes somos corresponsables y los padres son los responsables de los alumnos; y sí hay que hablar, el padre en este caso,  buscó a su hija, la esperó ese día a que llegara y pues le dio la sorpresa, la hija no se esperaba verlo antes de tiempo.

Al siguiente día vienen los dos, después de haber hablado me imagino en la noche, entonces la chica asumió un compromiso de retomar su vida académica, entendí yo que había un problema de fondo entre ellos como familia, pero se hablaron las cosas y la chica estuvo en tiempo de poder retomar su carrera y continuarla, ahorita ya va en último semestre.

A partir de entonces, el padre estuvo revisando el kárdex de su hija, semestre por semestre, para supervisar su desempeño, percibo que tiene temor de que vuelva a caer su hija, y me da gusto que él haya cambiado su actitud y ahora esté al pendiente.

Con respecto al comentario anterior de que se piensa que en la universidad los padres ya no tienen qué intervenir, creo que eso no es cierto, al contrario, tienen mucho qué hacer, y ya estoy hablando como mamá; cada etapa de los jóvenes, de los hijos, es una etapa de formación en la que  los padres debemos estar cerca de ellos,  escucharlos, comunicarnos, etc.

En la edad  universitaria, ya pasó la etapa importante de formar hábitos que fue de chicos etc., pero todavía los muchachos son moldeables, son flexibles, tienen muchas ilusiones y sueños, tienen el tiempo de retomar muchas cosas y de corregir.

Mi compañero hablaba hace un momento de la flexibilidad en la formación de valores; de acuerdo al texto que citó, la formación de valores es una formación flexible, entonces, vemos en la experiencia que les conté de esta chica que estaba en serios problemas, que ella cambió esa la situación de irresponsabilidad por responsabilidad, de mentiras por verdades, con el acercamiento de su padre; ella se fue encaminando a una vida más sustentada en valores y  a mí me da gusto ver al padre de familia cada semestre para darle continuidad a los estudios de su hija.

Gracias por compartir esta experiencia y con esto me resaltan dos valores entre la joven estudiante y su padre que son, por un lado la gratitud, ya que los jóvenes tienen que estudiar y honrar así a  sus padres, me refiero a la gratitud por todo eso que hicieron por ellos, trabajaron y siguen trabajando  por ellos;  y por otro lado, la comunicación, ese interés en las actividades de la hija y el estar siempre cerca de la familia.