EL ALCOHOLISMO ¿HAY ESPERANZA DE VENCER ESTA PERSISTENTE ADICCIÓN?
 

“Mis primeros síntomas”
 

Entrevista a “Adrián”, “Juan” y “Jesús”, miembros
del Centro de Tratamiento de la Central
Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos
Anónimos, A.C. en Torreón, Coah.

Por: Mtra. Olga Garrido Barocio


Entonces, pues estos fueron los primeros síntomas que yo tenía: que mi manera de beber no era normal.

Lo primero: las lagunas mentales. Lo segundo: que bebía en los momentos más inoportunos. Bebía a veces sin querer hacerlo, sólo por quedar bien, porque la gente me decía: “pues ¿sabes qué? La verdad eres más buena gente cuando tomas, mejor échate una porque la verdad estás de flojera si no estás tomando...”

Entonces, también por eso lo hacía, porque yo mismo me sentía “de flojera” si estaba conviviendo en una fiesta, en una reunión familiar o algo, pues no me sentía a gusto si no estaba tomando. Ese es otro síntoma.

Otra de las cosas, es tener una obsesión, de estar pensando cuándo voy a volver a tomar.

Obviamente tuve episodios muy feos, llegué a caer en la cárcel dos veces y las dos veces fueron por estar borracho, llegué a robar a mi familia dinero.

Empecé a tener un grupo de amigos muy grande, siempre que se me acababa la fiesta, siempre que se acababa temprano quería seguirle y si ya no traíamos dinero, pues no había problema, yo llegaba a la casa,  si mis papás ya estaban dormidos les abría la cartera y les agarraba dinero, y pues vamos a seguirle, vamos a seguir comprando, que esto siga o sacaba una botella de mi papá o cualquier cosa empezabas hacer para conseguir el alcohol y eso era estando ya borracho.

Estando no borracho yo quería llegar temprano a la casa, yo quería despertarme temprano al siguiente día, porque notaba que si tomaba, ese día no lo podía tomar en cuenta pues ya no me acordaría de nada...

Entonces pedí ayuda y me condujeron con un grupo donde me invitaron a una “Junta de Información”, es la única junta, la primera a la que fui, en donde se dirigieron todos en la junta directamente a mí, me dieron una bienvenida y me empezaron a compartir sus experiencias.

Es algo que me gustó mucho, no era como una clase, simplemente eran compañeros alcohólicos y drogadictos que me estaban diciendo cómo habían llegado a la agrupación, cómo les había afectado el alcohol en sus vidas y cómo estaban haciendo para solucionarlo.

Entonces, desde el principio me sentí muy identificado con las cosas que platicaban, sobretodo en la parte de que el beber alcohol en una persona con este tipo de enfermedad, es solamente un síntoma, el beber el alcohol o consumir una droga es solamente un síntoma de un problema emocional, de un problema espiritual.

Por ejemplo, yo siempre tuve un sentimiento de inferioridad con otras personas, con mi familia, con mis amigos, siempre me sentí inferior, siempre tuve una autoestima muy desgastada; desde niño nunca supe cómo alimentar mi autoestima como para sentirme bien.

Entonces trataba de fugarme de una realidad. Desde el momento que tenía contacto con el alcohol sentía que “podía ser quien yo quería ser”.

“Cómo dejé de beber...”
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