Entrevista a Matrimonio
Por: Lic. Olga Almanza G.

Quiero decirles que Guillermo tomó la decisión de asistir al grupo Ingenium, una asociación altruista del Estado de Nuevo León, muy reconocida en México. Se capacitó y eso para mí ha sido un gran ejemplo, porque lo hizo no solo para conocer los problemas y trastornos de salud mental, sino para apoyar a su familia. Cuando vienes de un contexto donde hubo trastornos en la salud mental y sales adelante, es más sencillo entender a aquellos quienes están pasando por una situación similar, de aquí la importancia de capacitarnos para saber de una manera profesional cómo poder prestar esta ayuda a nuestra familia y ayudarse a uno mismo.

Siempre hablamos del amor al prójimo y ese es el amor: actuar para los que tenemos en casa primeramente. Guillermo, ¿nos puedes comentar un poco más sobre el cómo buscar esta capacitación profesional y cómo te ha servido para ayudar a otros grupos, no solo a tus hijos, sino también para hacer el bien a tu comunidad?

“Claro, mira, los trastornos de salud mental, en cualquier parte del mundo son todavía un tabú, bueno no en Europa, ya que la cultura de allá es más avanzada. Pero es sencillo de entender porque así como a un hijo tuyo que de repente te enteras que tiene diabetes o si te enteras que tú tienes presión alta, así también puede haber un factor que detone en tu familiar una depresión, una bipolaridad, un trastorno de ansiedad o una esquizofrenia.

Es decir, allí estaba el factor, la predisposición en el sistema nervioso, pero hay un detonante para que esto aflore en su vida, como puede ser la impresión de un accidente, presenciar un secuestro, atravesar un divorcio, experimentar soledad, etc., y se detona. Pero el problema se hace entonces cuando lo manejas como un tabú, porque “no queremos decirle a nadie”, lo ocultamos a la familia, lo guardamos porque nadie quiere que la gente se entere que tu hijo tiene algo…

Pero este es el problema, que la situación con tu hijo o tu familiar va creciendo hasta que tienes en casa una crisis familiar que ya es incontrolable para ti, donde por ejemplo, un día el hijo pide de desayunar un par de huevos estrellados pero no había huevos y entonces el muchacho te rompe el microondas y la licuadora con mucha ira; entonces te preguntas: ¿por qué mi hijo hizo esto? Empiezas a meditar y decides llevarlo con un especialista y resulta que tu hijo tiene esquizofrenia, es decir más allá de un problema que tú pensabas era de carácter, había un trastorno en su salud.

Algunos síntomas de la esquizofrenia, yo lo aprendí, es que se escuchan voces y se ven cosas que no existen. Pero para ellos sí son reales porque lo viven. Nosotros no lo entendemos. Por ello, es importante capacitarnos. Si vemos a alguien con una reacción que no es usual, debemos capacitarnos en eso.

En el grupo de jóvenes que atiendo los domingos, noto un gran Déficit de Atención, el cual es muy común en estos tiempos. Así de común es la esquizofrenia, la bipolaridad, pero no lo aceptamos.

Quizás lo más difícil es que lo aceptes como padre familia. Si tengo un diabético en casa, lo acepto. Pero si tengo un esquizofrénico en casa, no lo acepto. Ahora, quiero decirte algo: no eres culpable. No eres culpable de que a un hijo tuyo le dé Diabetes, mucho menos que le de SIDA; no eres culpable, pero sí eres responsable, porque eres su padre.

Debes tomar la responsabilidad de apoyar. Si a tu hijo le dio diabetes, pues debes llevarlo al médico y supervisar su tratamiento. Si tienes un hijo con una enfermedad mental, tienes que ir con los especialistas, los psiquiatras. ¿Por qué un psiquiatra? Porque este profesionista primero se preparó como médico, y luego hizo su especialidad en psiquiatría; es el indicado para analizar la salud de tu hijo y proporcionarle el tratamiento adecuado, e inclusive te orientará a ti sobre las conductas que debes tener en casa para apoyarlo y te dará las alternativas para realizarlo. Este es el objetivo.”

Conocer estos trastornos mediante la cercanía con la familia, con los hijos, pasar tiempo en casa facilitará el detectar estos síntomas. Aun vemos qué importante es la comunicación pues qué difícil puede ser para un joven el abririse con sus padres y el comunicar a otras personas cosas que ven pero que son inexistentes, cosas que le dan miedo o que nadie escucha, cosas muy difíciles de comunicar… ¿y a quién lo comunicarán? Sólo a aquellas personas con las que haya un vínculo estrecho y de confianza, y aquí es donde entra el papel importantísimo de los padres.

Mary, ¿pudieras comentar algo sobre la importancia de la comunicación y de la cercanía con tus hijos? “Sé que yo debo estar con ellos. Cuando platico con mis hijos o veo qué actitud están tomando frente a situaciones que no pueden resolver porque los veo desesperados, procuro animarlos y que no se sientan solos. Por ejemplo una de mis hijas, está pasando por una situación económica difícil y se desespera, yo tengo que animarla, y hacerle ver que siempre que le ha pasado esto ella ha podido salir adelante, que debe echarle ganas, que Dios nunca la ha dejado, que confíe… y luego ya se tranquiliza, quizás no me lo diga en el momento, pero la veo con más paz, y el decirle que estoy con ella, la anima.”

Cierto, qué importante es el papel de la madre para animar a los hijos, ser su mejor amiga.