Entrevista a Matrimonio
Por: Lic. Olga Almanza G.

Sin duda, y esto nos habla de algo interesante, que es la estabilidad en el hogar. Ahora quisiera que nos hablaran sobre sus hijos, ¿qué perciben ellos ahora al tener un padre transformado, un padre que tomó buenas decisiones por amor a ellos, Guillermo?

“Han habido situaciones en sus vidas que les han enseñado mucho a ellos también. Cuando te casas vienen los hijos y pues, no importa si viene niña o niño, lo que importa es que nazca sano. Tu hijo nace y todo transcurre normalmente, se convierte en niño, adolescente y luego es un hombre o una mujer. Pero ¿qué pasa cuando ese adulto se te enferma o entra en un problema difícil de resolver? ¿Qué haces cuando tienes un hijo o hija en un proceso de divorcio, o que pierde el trabajo, o que está en depresión? El hijo necesita a sus padres; y entonces, si estás preparado y tienes buena comunicación con  tu mujer, vas a poder ayudarles de una mejor manera.

Ser padre no significa que eres tú solo y que solo tú vas a dirigir a tus hijos, o tomar decisiones en casa o imponer condiciones, sino que más bien platicas del problema con tu pareja, escuchas el sentir de la mujer –pues no es casualidad que ella lleve en su vientre al bebé y la sensibilice mucho a sus hijos- esto te lleva a entender que nosotros como varones no vemos estas cosas, y así tomas decisiones y entonces puedes dar un consejo completo a tu hijo.

Lo mismo sucede con los hijos desde que están pequeños: se te enferman y hay que darles consejos, a veces hasta obligarlos a seguirlos. Nosotros hemos superado la etapa de decir “no le platico a nadie mis problemas”. Ahora, llevamos inclusive a los hijos a la consejería y claro, ya está en ellos el poner en práctica los consejos.

Desde luego ellos toman sus decisiones pero uno como padre siempre está al tanto de ellos, aun de los nietos, a veces tienes que dar giros de 180 grados a tu vida para ayudarlos y sacar adelante a un hijo. Como ejemplo, contaré el caso de una situación que sucedió con mi hijo Diego: Yo noté que él no era muy valiente bajo ciertas circunstancias. Le faltaba valor a veces para pegar un brinco, para aplastar una cucaracha, yo tenía que ayudarlo a formar carácter.

Esto me llevó a sacarlo más seguido a los ríos y meternos al agua… en uno de sus cumpleaños me dijo: “papá, quiero subir a esa montaña y cuando lleguemos al otro lado, hagamos una fogata para comer bombones”. Y así lo hicimos, llevé unos bombones. Atravesamos la montaña, la subida estuvo pesada y la bajada muy pronunciada de manera que tuvimos que dar grandes saltos, la plataforma donde caías no tenía más de 60 centímetros de diámetro, los brincos eran de una roca a otra con una marcada inclinación.

Luego de esta experiencia, creo que mi hijo superó esa falta de carácter, entre brinco y brinco comenzó a superar obstáculos y finalmente logramos lo que queríamos. Era una montaña de entre 300 y 400 metros de altura, su inclinación entre unos 60 grados, no fue fácil a sus 11 años, pero yo tenía una satisfacción intensa de saber que el muchacho en esos momentos estaba logrando romper esos miedos internos que tenía. Preparamos la fogata, asamos bombones y los comimos.

Él ahora es maestro y tiene muchas habilidades,  practica artes marciales como el Tai Chi, Jiu Jitso, Kung-fu. Sabe que con la práctica de este deporte él lleva su espíritu a cierto nivel según su experiencia  y también estudia fotografía actualmente. Mi hijo dejó sus miedos. Con esto te estoy compartiendo el cómo te metes con un hijo, cómo puedes detectar a tiempo una debilidad y cómo le puedes ir ayudando, de tal manera que al final ves que has tomado una buena decisión. Esta es mi experiencia.”

Gracias Guillermo, es una experiencia muy alentadora, nos deja ver que el estar cerca de los hijos nos permite conocer sus fortalezas y debilidades, y es lo que los hijos necesitamos. Comentaste puntos muy importantes sobre la convivencia con los hijos.