Por: Lic. Eduardo Alvarado

Sabiendo que los seres humanos somos seres de relaciones, necesitamos comprender la importancia de ello y no asumir los moldes en los que la sociedad ha empezado a caminar. Nos referimos a un camino que está lleno de gente y de satisfactores y de distractores, pero que por la misma intensidad de los mismos, nos distraen de las personas a quienes nos debemos y con quienes podemos establecer los vínculos que necesitamos. Los seres humanos somos definidos eminentemente como seres sociales.

Antes de mencionar lo que los padres podemos implementar para ello, quisiera mostrarle los datos de una encuesta realizada a más de 40000 personas de todas las edades en los Estados Unidos.

• El 67 % de las personas se sienten solas en ocasiones.
• Otro estudio mostró  que la soledad es un serio problema individual para el 25% de la población.
• La experiencia de sentirse solo y olvidado es una epidemia emocional que padecen millones de individuos.
• En los Estados Unidos, el ciudadano promedio quizá conozca en un año tantas personas como conocía alguien durante toda su vida hace 100 años. Aun así se sienten más solos.

Algo importante de definir es que para establecer relaciones duraderas, se requiere que haya una cierta afinidad. En otras palabras, serían personas que nos conocen; que nos comprenden, que hablan nuestro lenguaje; que inclusive pueden compartir nuestra visión con la misma emoción que nosotros; que además nos hacen sentirnos mejor cuando estamos cerca de ellas. Y desde luego, el padre en casa, debiera ser el promotor de encontrar las formas para que estas relaciones se formen y crezcan en casa.

Si en casa hay un padre que entienda que nuestros hijos son seres que tienen muchas necesidades y que requieren satisfacerse, buscará la forma de establecer vínculos importantes con ellos para que de aquí, los hijos lleven a cabo la misma práctica con otras personas con quienes podrá formar verdaderas amistades.