Por: Lic. Eduardo Alvarado

“Mi hijo es muy bueno pero un poco flojo”. ¡Cuántos papás dicen esto y no saben qué hacer! Esta situación tiene su origen en la primera infancia de los niños. Unas veces porque es hijo único, otras porque es el pequeño y nos inspira compasión, o es el único chico o la única chica… Si no caemos en la cuenta de estos detalles podemos criar a nuestros hijos blanditos, que serán adultos flojos, y sin ir muy lejos, llegarán a la educación primaria sin fuerza para afrontar los estudios.

Los grandes logros no son generados mayormente por altos cocientes de inteligencia, habilidades técnicas impresionantes, ni por razonamientos conceptuales, sino por una dedicación total y absoluta.

En una época cuando se requiere eficiencia en el trabajo y en donde mayormente se prefieren personas que sean dedicadas en contraste con personas que pudieran tener grandes logros, inclusive académicos, es imprescindible que  a nuestros hijos podamos trasmitirles este rasgo del carácter que entre otras cosas también les ayudará para tener  vidas: tanto personales y de trabajo de éxito y para el logro de metas que cada vez se requieren con más excelencia. De la misma manera, su vida familiar al futuro sentará las bases para la continuidad de este mismo rasgo en sus descendientes.

Que nuestros hijos sean personas que se dedican a una tarea y que la concluyen, aun siendo metas pequeñas, les dará la base para emprender metas más grandes y de mayor trascendencia. En esto es necesario que meditemos profundamente. Déjeme explicarle por qué. Si usted enfatiza esta área en la vida de sus hijos, sus logros en cada área de su existencia serán fructíferos. Esto significaría dedicar cada aspecto de nuestro ser, con todo lo que esto incluye, a las metas que nos hayamos fijado. Si en usted se logra, podrá trasmitir el mismo ejemplo a sus hijos.

Un pasaje de las Sagradas Escrituras dice: Sin profecía el pueblo se desenfrena… (Proverbios 29: 18); la idea de este pensamiento sería que sin un fundamento claro, sin la comprensión de la meta que nos hemos trazado, sin entendimiento de los obstáculos que encontraremos en el camino, será muy fácil que seamos como veletas a expensas del viento, sin rumbo fijo que producirá desánimo, frustración y apatía para realizar los trabajos que se realicen en cualquier área de nuestra vida.

En las palabras de Les Parrot III la idea sería…la consagración, o dedicación o la perseverancia, significan, seguir adelante aunque no podamos ver la línea final. En otras palabras, debemos olvidarnos del pasado y proseguir adelante hasta lograr la meta trazada.