Por: Lic. Eduardo Alvarado

4.- Enseñe a sus hijos que sus infortunios pueden convertirse en algo positivo.

Abraham Lincoln dijo: Las personas son tan felices como deciden ser…Con esta idea, nos referimos a ver el panorama total, y que las circunstancias adversas que enfrentemos  pueden dirigirnos a cosas mejores.

John C. Maxwell, en su libro “El lado positivo del Fracaso”, menciona lo siguiente: “La diferencia entre la gente mediocre y la gente de éxito es su percepción de y su reacción al fracaso, Ninguna otra cosa tiene la clase de impacto en la capacidad de las personas de alcanzar y llevar a cabo cualquier cosa que se propongan y deseen”.

Qué importante concepto, la idea  es de que, aun en una situación en que se haya fracasado, debe procurarse ver más allá de ello, para aprendiendo los cómos y porqués del fracaso, se pueda sacar la mejor experiencia y se enfrente lo por venir como un reto para transformarlo en victoria y éxito en nuestra vida.

En la aplicación espiritual de nuestra enseñanza, deseamos citar un texto de las sagradas Escrituras, ya que como hemos mencionado anteriormente, Dios hace mucho tiempo, por medio de Su Espíritu Santo se adelantó, para darnos entendimiento de cómo aplicar estos principios a nuestra propia vida y para la vida que deseamos para nuestros hijos.

Filipenses 4:12 señala: “Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad…”.

En la vida que deseamos para nuestros hijos este aspecto de estar enfrentando la adversidad con una buena actitud y sacar el mejor provecho de ello, es determinante para el éxito o fracaso en sus vidas futuras.

Animémosles para que sean ejemplos de carácter, al ser hijos que saquen el mejor provecho de los infortunios que enfrenten y lo hagan con la mejor actitud. Dios le bendiga.