Lo que debe formar un padre en sus hijos I Parte: Una autoestima sólida
 

Cómo inculcar autoestima a nuestros hijos
 

Por: Lic. Eduardo Alvarado

1.- Haga hincapié en el amor de Dios.

Al hablar de esto, no quisiéramos que pensara que queremos establecer principios religiosos. Más bien, son principios que, basados en la conciencia universal, prevalecen y determinan lo que es excelente. Por ello al referirnos a hacer hincapié en el amor de Dios, debemos razonar en este sentido: Nuestro valor y dignidad, no depende de que hayamos hecho muchas cosas malas o de la condición social que tenemos, sino del valor intrínseco que se desprende de que somos hechos a imagen y semejanza de Dios.

Tenemos valor porque él nos formó, por lo mismo, aunque a veces nos sintamos caídos, maltratados, pisoteados por las decisiones que hemos tomado y aunque sintamos que no valemos nada, entendamos y recordemos, que no se demerita nuestro valor porque lo hayamos hecho mal, en muchas ocasiones, o que hayamos hablado mal de las personas en innumerables veces, sino porque somos hechura suya.

Hagamos énfasis en nuestros hijos de que no los desaprobamos a ellos, porque son valiosos para nosotros a pesar de lo que hayan hecho, y estemos con ellos para sacarlos adelante, de la manera que Cristo lo hace con todos, hagámoslo con ellos.

2.- Valore la presencia del niño.

Y es que el tiempo que pasemos con ellos, les hablará mucho más que cualquier otra cosa y formará en ellos una aceptación de ellos mismos como personas que son apreciadas. Cuando hacemos esto, ellos asumen un pensamiento. Si mi padre está tomando tiempo para estar conmigo, en lugar de estar más tiempo en la oficina y me lo está dedicando, es que soy una persona importante. Los hijos que pasan más tiempo con sus padres, tienen una mejor opinión de sí mismos.

3.- Mire más allá de lo malo, para ver lo bueno.

Enfoquemos nuestra atención más allá de lo malo para ver lo bueno, en la Escritura se dice: “Si entresacares lo precioso de lo vil…” (Jer. 15:19). Dios le había dicho a Jeremías que debería aprender a sacar de lo vil algo que pudiera ser bueno. Dios es así, y nosotros debemos hacer esto por el bien de nuestros hijos.

Todos nos equivocamos muchas veces y de muchas maneras, y lo menos que necesitamos es que alguien venga de nuevo y nos diga, lo hiciste mal. Busquemos en la situación aparente sin remedio, alguna enseñanza, algo de provecho, aprendamos de lo malo como si fuera una oportunidad para enseñar. Apoyemos a nuestros hijos cuando parezca que todo está perdido.

4.- Descubra las capacidades de sus hijos.

Si de verdad queremos ayudar a nuestros hijos a pensar bien de sí mismos, debemos entender que hay una relación básica entre  autoestima y capacidades básicas.

Esto quiere decir que no basta con hacer sentir bien a nuestros hijos, sino que debemos, conociendo sus capacidades, motivarlos a que se sientan bien, desempeñando lo que pueden y saben hacer bien, ésta es la ecuación completa, y para ello debemos estar continuamente observándolos para descubrir sus reales capacidades.

Martin Ford de la Universidad George Mason dijo: “la autoestima no causa la capacidad, más bien, es el resultado de ser capaz”.

Cualquier cosa buena que hagan celebrémoslo y esto les ayudará a pensar bien de sí mismos, puede ser lo más insignificante, pero si lo hacen bien, digámosles lo bien que lo han hecho e insistamos en que perfeccionen ese hecho. Esto redundará en una autoestima muy saludable.

Al terminar nuestra emisión le decimos como siempre: Que Dios le bendiga.

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