El Gran Valor de Nuestro Cuerpo
 

Valorarnos para valorar a los demás
 

Por: Lic. Adolfo Rosales

Cada uno piensa de una manera, siente de una manera, pero también tiene un cuerpo que lo va a cuidar o no lo va a cuidar de determinadas maneras, ya sea por buenas o malas costumbres, ya sea porque la sociedad nos dice qué hacer o qué no hacer, y también porque nosotros tenemos el poder de decisión ante cualquier dificultad o reto y ante cualquier contingencia que se dé en el ambiente.

Quiero comentar algunas frases que me parecieron muy interesantes, una es de Henry Frederick Amiel, un filósofo y escritor que dice lo siguiente:

“Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino,
consérvalo sano, respétalo, estúdialo, concédele sus derechos”.

Detengámonos aquí, y el día de hoy no pensemos en otra persona, más que en nosotros mismos, porque ciertamente para poder valorar a los demás, tenemos que empezar valorándonos nosotros mismos, esto es lo que ésta frase nos transmite.

Nuestro cuerpo nos permite hacer muchas cosas buenas, disfrutarlas en la vida. Ponte a pensar que tu cuerpo te ayuda a identificarte como persona; pero tu cuerpo no sólo te ayuda a interactuar contigo mismo, sino que también tu cuerpo te ayuda a interactuar con tu familia.

Si no fuera por tu cuerpo, ellos no verían nada, porque, ciertamente, la mente es algo que no vemos, es intangible. El alma, que son las emociones, también es intangible.

Los que pueden o no cuidar de ti, los que primeramente están contigo, son los de tu familia. Pensemos que todos nacimos en una familia, de cualquier región, de cualquier idiosincrasia o estrato social, todos nacimos en una familia, lo que ha interactuado en esa familia hasta el día de hoy, ha sido sin duda, nuestro cuerpo.

No solamente eso, sino que cuando usted sale a la sociedad, también usamos nuestro cuerpo para convivir con los demás, en el trabajo, en la escuela, con los amigos y vecinos, es el cuerpo el que está interactuando. He aquí la importancia de entender que tenemos que cuidarlo.

Nuestro cuerpo es digno de aprecio, de respeto y de amor:

  • De aprecio, o sea de que se le valore. Es lamentable que hay ocasiones en las que se le da más aprecio a un celular que al propio cuerpo porque se ignora su gran costo.
  • De respeto, porque tiene dignidad. Somos dignos de respeto. Estamos conformados por órganos valiosísimos que merecen respeto pues nos dan la vida: el corazón, el cerebro, etc.
  • De amor, porque estamos en el cuerpo y debemos aprender a amarlo. Tristemente, a veces tenemos más amor por el trabajo, por el dinero o por los viajes, pero no tenemos amor por nuestro cuerpo; y De cuidado, porque nos guste o no, somos realmente frágiles. Estamos habitando un cuerpo susceptible de enfermedades, un cuerpo que un día ya no va a funcionar todo o parcialmente.
Habitamos en cuerpos frágiles
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©