Los problemas más comunes en el Matrimonio y cómo resolverlos - I Parte
 

¿Cómo resolver los conflictos en el matrimonio?
 

Por: Lic. Adolfo Rosales

¿Cómo resolver los conflictos en el matrimonio? Una persona con autoridad en la materia de comunicación y relaciones humanas, un sicoterapeuta francés llamado Patrick Estrade dice:
No debemos confundir “vivir un conflicto” con “vivir en él permanentemente”.

Quiere decir que los conflictos, en ocasiones, sirven para poder amalgamar, para poder construir esta realidad que comentábamos anteriormente. El problema, es cuando este conflicto es de continuo, y es un permanente, que todos los días es lo mismo.

No puedo salir de la misma dificultad y del mismo problema. Es como si estuviéramos manejando un automóvil en la noche y caemos en un hoyo, un bache. Nos bajamos y vemos el automóvil, la llanta que está dañada e imagínese que mi esposa, mi familia y yo, sólo nos quedamos viendo al automóvil y no pedimos ayuda. Esto es un problema, nos sirve de ejemplo para lo anterior.

Cuando hay un problema y una dificultad, hay que resolverlo, quedarse en el bache provocará un mayor conflicto. Es, entonces, cuando viene la crisis, cuando ya no aguantamos más los problemas, las dificultades y, entonces, tendemos a estallar, a explotar y en esto vienen más dificultades, los hijos son agredidos, la esposa es agredida y la familia se convierte en un campo de batalla en lugar de ser un campo de confianza, de esperanza, de amor, de todos los pilares que comentamos del matrimonio.

Es muy importante tomar un papel activo. No podemos esperar que las cosas vayan de mal en peor o que cambien mágicamente o sobrenaturalmente, es necesario poner manos a la obra.

También, algo importante, es el hecho de aprovechar las diferencias para aprender, porque algunos dicen que todas las diferencias son malas. No, hay diferencias que nos ayudan a resolver mejor los conflictos juntos.

Los problemas y dificultades nos van a ayudar en la vida y en un futuro, les ayudará a nuestros hijos enseñarles esto, las futuras generaciones van a aprender de nuestros problemas, pero tenemos que tener una actitud de escuchar, de ser ayudados, una actitud de humildad.

Como si fuera a comprar cosas que faltan en mi casa y, cargado con mis bolsas de mandado, se rompen y, entonces, la gente se me queda viendo, unos se burlan, otros hablan al oído y otras personas, de forma amable, se acercan a ayudarme a levantar las cosas del mandado y les digo que no me ayuden, que no los necesito, pero no tengo otra manera de llevar el mandado a la casa.

Y, como en el matrimonio, no queremos aprender de esos errores, no permitimos que esa ayuda sea real a nuestras vidas. Los problemas de las parejas se van agravando, agravando, la mayoría de los conflictos pueden resolverse en el día de hoy, los conflictos y diferencias pudieran platicarse entre la pareja, la mayoría de las situaciones no tendrían que complicarse más.

Aun cuando haya un problema más grande en el matrimonio, en la familia, le queremos recordar: hay esperanza para su familia y hay la oportunidad que dialogando, platicando y desenrollando, como si fuera una madeja de estambre, con paciencia, con amor, con el interés de mejorar en nuestra familia, del matrimonio, pudieran resolverse todos esos conflictos.

Cuando nos toca manejar esos conflictos con humildad, cuando recapacitamos en decir por qué dije esta palabra, por qué actué de esa manera, le fallé a mi pareja, a mi familia, ¿sabe?, el quedarnos en ese punto y no actuar, no nos va a ayudar en nada, más bien, el tomar estas bases y poder salir adelante es lo que nos va a beneficiar y también pudiésemos ser sinceros y decir que la persona de enfrente es la que empezó ese problema, esa dificultad.

Pero, como el ejemplo antes mencionado, de los camiones que se encuentran en una calle angosta, uno va a tener que ceder y alguno aun pudiera decir: yo no voy a ser pisoteado por la otra persona, pero no entendemos que no es ser pisoteado, sino es empezar a construir en lugar de destruir.

Alguien diría: ¿estás tratando de decir que debo dejar que hagan lo que quieran, de mí?, no, lo que estamos tratando de decir es cómo debes entender a la otra persona, antes de vernos a nosotros mismos, debemos fijarnos en las necesidades de la otra persona de enfrente.

Cuando yo hago esto, empiezo a ver que esa esperanza la voy a empezar a construir también, no es algo caído del suelo, sino una esperanza que debemos construir juntos, dos personas. Para que empiece a dar resultados, debe empezar el entendimiento en una sola persona.

Con respeto le preguntaría, ¿quiere ser esa persona, que tome esa responsabilidad, que reconozca que los conflictos que ha provocado va a empezar a resolverlos, o los conflictos que está provocando mi pareja, voy a entenderlos para empezar a resolverlos..?

Para terminar, esto pudiera compararse con un ejemplo que escuché hace tiempo. En un bosque había varios animales, estaba la ardilla, el oso, el gato montés y también estaba un pequeño  pajarito. El bosque empezó a incendiarse, los arboles empezaron a quemarse, las plantas y todos empezaron a huir, a escapar. De repente, el pequeño pajarito mojó sus alas en un pequeño charco y se acercó donde los árboles estaban ardiendo y empezó a sacudirse y echar unas pequeñas gotitas.

Un animal de los fuertes le dijo, ¿qué haces? Vas a morir quemado ahí, como los demás, y dijo: yo no puedo huir, porque este es mi hogar, aquí crecí y tengo que dar mi vida por ellos. Esta reflexión nos ayuda a entender que nuestras dificultades podemos resolverlas nosotros.

¡Hay esperanza para la familia!

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