El Amor en la Vida de la Familia
 

En toda labor hay fruto
 

Por: Lic. Adolfo Rosales

Pero recuerde, en toda labor, en todo trabajo hay un fruto y ese fruto va  a ser un fruto de respeto, un fruto de amor, un fruto constante. Hijos que estén bien educados, que sean útiles a la sociedad, personas honradas, responsables, obedientes, gente muy productiva para nuestra sociedad, para su familia, va a ser un ambiente más agradable, es el fruto que usted va a recibir, no necesariamente de un día para otro, pero tarde que temprano, es algo que un día usted lo va a poder ver, lo va a poder entender y valorar.

Claro, va a ser una satisfacción muy grande, póngase a meditar, y un beneficio a la sociedad de estar construyendo, de poder edificar a nuestra familia en conceptos sólidos.

Quiero compartirle unos consejos prácticos:

  • Proveer un ambiente seguro y amoroso en nuestro hogar. Es decir, crear un ambiente de honradez, respeto y confianza por medio del ejemplo.

  • Permitirle a nuestros hijos adolescentes y jóvenes la independencia adecuada para su hogar, conforme la confianza que él se haya ganado y bajo una continua supervisión.

  • Desarrollar una relación con nuestros hijos que les permita ganar la confianza, es decir, que ellos nos tengan confianza y nosotros también a ellos, para cuando tengan un problema, vayan con nosotros y no con otros.

  • Enseñarles la responsabilidad básica para con sus cosas, para con sus objetos personales, para con sus hermanos, para con la familia.

  • Enseñarles la responsabilidad de obedecer estas normas.

Son consejos muy sencillos, pero  todos estos son solamente como una pequeña gota de agua, como una pequeña semilla, como un pequeño intento, una pequeña gota de agua, una semilla para hacer crecer un árbol y un intento para lograr un objetivo.

Son cosas pequeñas, pero seamos realistas, nada de lo importante se construye de la noche a la mañana. Esto es importante para usted, esto es importante para su familia, es importante para la sociedad.

Queremos igualmente a modo de terminar este programa, hacer entender, remarcar que el amor da vida a la familia, el amor realmente es algo tan interesante que pudiéramos platicar por horas, pudiéramos debatir, pudiéramos citar a muchos filósofos, sociólogos, sicólogos pero queremos decir en palabras muy sencillas como lo hemos estado hablando el día de hoy, ese compromiso, esos hechos que van a cambiar, que tratan de cambiar a nuestra familia y a nuestra sociedad, tenemos que empezar a ponerlos por obra.

Nuestros hijos, nuestros adolescentes, veámoslos con atención, a lo mejor últimamente hemos estado afanados, muy cargados por las ocupaciones.

Sabemos que vivir en las ciudades es algo muy complejo, muy complicado, pero veamos a nuestros hijos, escuchémoslos, veamos sus rostros, a veces no lo dicen, pero lo que están diciendo dentro de su corazón es: ámenos, ayúdenos, necesitamos quien nos escuche, necesitamos quien nos abrace, necesitamos quien nos entienda, necesitamos quien nos oriente, e inclusive necesitamos quien nos detenga, nos ponga límites, necesitamos quien nos ame sacrificialmente y comprometidamente. Papá, te necesito. Mamá, te necesito.

A veces lo que nuestros ojos perciben es solo una   mueca, solamente es una mirada de enfado, pero veamos por un momento con los ojos del corazón, escuchemos por un momento sus necesidades.

Para terminar, quiero citar en las Sagradas Escrituras lo que hablan respecto de Jesús, Jesucristo el Hijo de Dios que vino a morir por cada uno de nosotros sacrificialmente, sabe, de esa manera y sacrificialmente, nosotros tenemos que entregarnos a nuestros hijos y a nuestras familias para que entonces podamos obtener esa familia y esa vida real en nuestra sociedad.

En toda labor hay fruto
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