El Amor en la Vida de la Familia
 

Cuando no existe un rumbo a seguir
 

Por: Lic. Adolfo Rosales

Pues fíjese que muchos de los miembros de las familias se sienten así en muchas ocasiones. No ubicados, no orientados, sin un rumbo, sin una dirección, sin saber qué hacer.

No solo esto, sino que los miembros de nuestras familias, en muchas ocasiones, se sienten indignos, no se sienten valiosos, no se sienten amados o valiosos en el núcleo familiar y es obvio que no se sienten con un sentido de pertenencia; es decir, no se sienten parte de un mismo proyecto.

Todos estos problemas son muy graves, son severos, que traen dos elementos contradictorios,  lo que nosotros entendemos como vida y muerte. “Tanatos”, como entendemos a la muerte, “bios” como entendemos a la vida, dos raíces antagónicas; y, es cierto que en algunos momentos tienen que entrelazarse cuando un ser querido parte, cuando tenemos que cambiar de trabajo, de lugar en donde residimos, tenemos que crecer, todo eso es parte de morir, de renacer en esta vida.

Pero fíjese que hablando en este tema, todo lo contrario a la vida, que es necesaria en una familia, para que no sea nomás una perspectiva de un grupo de personas sin dirección, se puede convertir en todo lo contrario.

Un grupo de personas ajenas, un grupo de personas que no disfrutan el estar juntos, un grupo de personas que no tienen proyectos, que no tienen alternativas, que no tienen apoyo, que no tienen visión, un grupo de personas que sienten que el peor lugar para estar es en la casa, es en la familia y evidentemente eso se convierte en una muerte de continuo.

Si queremos valorar lo que es la familia, tenemos que entender que tenemos que pasar de esa muerte a la vida.

La situación actual de los jóvenes

Vamos a tocar un punto importante, la situación actual de los jóvenes, de los adolescentes y de los niños en nuestro país y en América Latina.

Es realmente una cuestión alarmante. Quiero comentar unas encuestas que se hicieron solamente en EEUU. En las siguientes 24 horas 1439 adolescentes intentarán suicidarse, 2795 jovencitas quedarán embarazadas, 15,000 adolescentes utilizarán por primera vez en su vida drogas y cada 15 minutos un joven será arrestado por crímenes relacionados al alcoholismo y la drogadicción.

No son cifras muy alentadoras, pero quiero comentar algunas más. El suicidio es la tercera causa de muerte de los adolescentes entre 15 y 24 años de edad y la sexta causa de muerte entre las personas que tienen 5 y 14 años. Es interesante ver que estos datos se reflejan en un sector muy vulnerable como son nuestros niños, nuestros adolescentes, en los jóvenes.

Y hablando de la importancia de ellos para nuestra sociedad, debiendo estar estudiando, generando proyectos industriosos que cambien el sentido de la sociedad, que su trabajo pueda ser bien remunerado en el aspecto económico pero también en el aspecto emocional, en el aspecto social, que pueda ser valorado, que pueda ser aprovechado para todas las cosas que necesita nuestra sociedad, se están desperdiciando de esta manera.

Pero un dato muy interesante es que la mayoría de estos casos, no se da en los lugares externos, es decir, en la escuela, en el trabajo o en la calle, sino que la mayoría de estos problemas se suscitan en el mismo hogar.
Porque reciben golpizas, porque reciben violencia  verbal, física, maltrato y abuso sexual en muchas ocasiones y de todo tipo. Esto en ocasiones no lo expresan los niños, los muchachos. Pero créalo, en la consejería, en las terapias sicológico- emocionales están llenos los consultorios.

Es cada vez más necesario que se abran consultorios psicológicos especializados en diferentes cuestiones, maltratos, suicidios, depresiones, porque la problemática en la infancia, en la adolescencia y juventud está incrementando, porque este tipo de abusos que mencionamos dejan marcas que, a veces, son irreversibles o muy complicadas de poder tratar.

La situación actual de nuestra juventud, en nuestro país y en América Latina, es una cuestión generacional, es decir, que se transmite a la siguiente generación por medio del mal ejemplo.

Es como si pudiéramos transmitir un buen ejemplo de trabajar y transmitimos un ejemplo de ser desobligados. Nos hablemos de gastar el dinero incorrectamente y de generar abuso a nuestros hijos. La estadística nos dice que generalmente esos niños, esos jóvenes también serán abusadores más adelante.

Nuestros jóvenes y jovencitas están vagando por la calle, están vagando en las escuelas, están vagando en los trabajos, pero ¿sabe qué es lo más alarmante?, que están yendo de un lugar a otro buscando un sentido de pertenencia, buscando una identidad, buscando ser importantes, buscando ser escuchados y valorados.

Y entonces, no falta la persona que les dé un mal consejo, que los empieza a orientar a un grupo social inadecuado, que empieza a lastimarlos, que empieza a manejarlos y a manipularlos, no solamente en las drogas y en el alcoholismo, sino también en otra serie de prácticas que son muy nocivas para nuestros jóvenes, adolescentes y niños.

Ahí están las jovencitas necesitando cariño, afecto, un apapacho, una palabra de aliento y de ánimo, pero como en casa no se las dan los padres, pero como en casa hay un ambiente muy hostil, entonces tienen necesidad de salir a otros lugares e ir a encontrar lo que le hace falta, porque es una carencia.

Alcanzar felicidad siempre demanda tiempo
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©