Por: Lic. Adolfo Rosales

No hay soluciones mágicas, no hay varitas mágicas, para esta cuestión familiar uno debe de actuar con principios y con valores sólidos. Estas hermosas virtudes no se dan solas, ni son místicas.

Es constancia, es dedicación, es priorizar lo que para mí es más importante  y tenemos que entender que la familia es algo muy importante, porque la familia necesita amor, necesita unidad, necesita responsabilidad y generalmente debe ser del  padre y de la madre.

Finalmente quiero comentarle, que si de estas cuatro situaciones que comentamos, de estas cuatro probabilidades de cómo está su familia, yo puedo decir mi familia está toda perdida, ya no hay nada qué hacer, está todo de cabeza, yo le invito a que usted acuda a un especialista.

Hay terapeutas familiares que son serios y ellos, los profesionales, pueden realmente ayudarle, y esta organización, Esperanza para la Familia, está dedicada a poder dar ese apoyo y usted tiene que hablarlo, tiene que buscarlo, tiene que entender que es posible y ¡hay esperanza para su familia!, y ¡hay esperanza para esta sociedad!

Si no hubiera  esperanza, en vano estaríamos viviendo, inclusive, si no hubiera esperanza, entonces la sociedad debería de parar, debería de decir: ¡no se puede más! Pero porque hay esperanza y, así como el ejemplo, hay un nuevo amanecer, por más difícil que sea la noche, el amanecer traerá consigo nuevas oportunidades. Oportunidades de renovarnos, oportunidades de tomar nuestra responsabilidad que no adquirimos, tal vez, tiempo atrás. ¡Hay esperanza!, yo quiero comentarle esto de parte de nosotros.

Comprendemos que a veces podemos pensar que ya nada se puede hacer en la cuestión de nuestra familia, que ya no hay remedio. Lo sabe, siempre hay una solución. ¡Qué importante es aquí la unidad!, unidad reconociendo nuestros errores, unidad reconociendo nuestra situación, pero sobre todo, la unidad para poder pedir ayuda y no quedarse con las manos cruzadas y hundirse sólo.

Es como si hubiera una avería en un automóvil, en una autopista y entonces usted se queda ahí, esperando que llegue una ayuda, sin pedirla. Es necesario tener una actitud, primeramente, de  reconocer el problema que tiene y, en segundo lugar, de buscar la solución. Y muchas veces esa solución se encuentra en especialistas, se encuentra en pedir ayuda a personas que quieran realmente beneficiarlo a usted y a su familia.

Aun si usted respondió: mi familia está bien, no tiene tantos problemas, sepa que este programa también dará las herramientas para poder apoyarle a usted y a su familia.

Hemos visto que la familia está en peligro. Con las estadísticas que expusimos el día de hoy podemos concluir que hay diferentes situaciones que están atacando ferozmente a la familia: la inmoralidad sexual, las adicciones, la rebeldía, la violencia, la falta de padres, la delincuencia y toda la falta de valores. 

Si observamos nuestra sociedad, podemos entender algo: nuestra sociedad tiene problemas serios cuya raíz está en el seno familiar. También vimos y aplicamos a nuestra propia vida y familia cual pudiera ser el diagnostico o autodiagnóstico que nosotros hicimos; pero, cuando encontramos padres de familia que están dispuestos a hacer bien a sus familias, se siente tanto gusto, siento, en lo personal, un agrado porque la persona quiere hacer algo bueno por la familia y por automático, lo hará por la sociedad. 

Quiero hacerle una pregunta ¿quiere usted hacer algo bueno por su país? ¿Quiere usted mejorar su sociedad? Atienda con su amor a su cónyuge, eduque a sus hijos, de verdad, no caigamos en cuestiones fantasiosas, las cosas no se dan solas, es necesario trabajar.