Por: Lic. Adolfo Rosales

Hola bienvenidos a esta edición de Esperanza para la familia. Hoy hablaremos de la importancia de la familia.

Pero antes de comenzar el tema, quiero comentarle una anécdota que hace algún tiempo una persona de avanzada edad platicó conmigo, me dijo: mira, yo traté de cambiar de forma de vida, de domicilio, fui de un país a otro, e inclusive pude cambiar y quitar muchos bienes materiales, lo que más trabajo me costó fue cambiar de amistades, gente importante para mí, pero lo que nunca pude quitar de mi vida fue mi familia. Me quedé pensando y creo que es algo para reflexionar.

La célula de la sociedad

¿Por qué hablar de la familia? Bueno, precisamente la familia es de donde vienen las cosas buenas y las cosas malas de la sociedad, vamos a estar hablando acerca de ello. Quiero comentarle que la familia es muy necesaria, muchas veces hemos escuchado la siguiente frase: ‘’ la familia es la célula de la sociedad‘’.

Es una alegoría muy interesante, cuando escuchamos la palabra ‘’célula humana’’, nos viene a la mente un órgano vivo que forma parte de un cuerpo, de un todo, es como un sistema, en esa célula hay registros, información, en su interior hay procesos que conocemos, o que no conocemos ni nos podemos imaginar, de diferentes tipos son estos procesos con funciones específicas.

Pero cuando las células empiezan a funcionar de una manera incorrecta es cuando nos damos cuenta que algo está mal en nuestro organismo, porque generalmente todo está en su lugar, podemos ver, oler, tocar, gustar; es decir, todo está a la perfección, pero cuando empiezan a acumularse problemas en estas células, ahí sí, vamos al médico y estamos buscando alternativas, e inclusive podemos decirlo y usted lo entiende, cuando éstos problemas se agravan, pueden provocar peores enfermedades e inclusive, la muerte.

Queremos decir, entonces, que así como la célula es parte del cuerpo, la familia es la célula de esta, nuestra sociedad, del núcleo de personas en donde nos desenvolvemos día con día, en el trabajo, en la escuela, con los vecinos, en la calle, etc.

De la misma manera que es en ésta célula, en éste núcleo familiar, dónde aprendemos las cosas más valiosas de la vida, sí, es en dónde aprendemos a trabajar, cómo comportarnos, cómo respetar y cómo realmente ganarnos la vida de una manera justa, correcta y honesta.

Es en la familia dónde se inculcan todos los valores necesarios que se verán reflejados también en la vida más adelante. Es dónde se fomentan no solo los valores, sino lo sentimientos, las relaciones negativas o situaciones positivas, las que destruyen la dignidad o las que construyen el respeto de cada uno de los miembros de la familia y eso irá afectando cada vez más, no solamente a la familia sino  que tiempo después a la sociedad.