Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Para comprender mejor esto de lo que le vengo hablando, quisiera mencionarle algunas estadísticas que estuvimos considerando en algunos países de Latinoamérica, mire usted, por ejemplo, en Lima, en el país de Perú, hay cerca de veinticuatro mil pandilleros. Esto es una nota que viene del año 2011.

Este estudio se hizo para considerar el porqué del incremento de las pandillas en aquel país, revelaba que casi once mil  de esos veinticuatro mil, son menores de edad. No solamente eso, sino que la edad de más de nueve mil, oscilaba entre los 18 y 24 años y el resto de estos veinticuatro mil eran mayores de 24.

Para el Secretario de Seguridad en aquel país, los menores estaban siguiendo el ejemplo de las cabecillas de las bandas y, por eso, decía el, es que cada vez eran más pequeños, es decir, su edad era menor, para ingresar a estas pandillas.
 
En ese mismo estudio, el 70% de los veinticuatro mil pandilleros había abandonado el colegio; algunos ni siquiera habían alcanzado el nivel de la primaria, pero lo más trágico, tal vez, de esto, es que de esos veinticuatro mil, quince mil quinientos vivían con ambos padres; es decir, con su padre y con su madre.

Como consecuencia, el Secretario de Seguridad en aquel país, explicaba que el problema surgía, en su concepto, porque los progenitores, no se dan un tiempo para estar con sus hijos; que salían a trabajar, que llegaban tarde y entre tanto los hijos faltaban a las clases, se juntaban con delincuentes y nada los podía controlar.

En otro estudio del 2006, esto es algo un poquito anterior, pero me parece importante mencionárselo, porque si en el año 2006 ya existía esta circunstancia, es necesario mencionar que en nuestro tiempo esto es algo sumamente grave y mucho más delicado. Decía un autor en el 2006, que la influencia de la familia a través del comportamiento de los progenitores, escuche usted eso: “La influencia de la familia a través del comportamiento de los progenitores y el ambiente familiar son factores fundamentales en el desarrollo de conductas violentas en los jóvenes”.
 
A un lado de otros aspectos, como la falta de vigilancia y la supervisión de los niños por parte de los padres, e, inclusive, el uso del castigo físico severo para disciplinar a los niños eran, como todo esto, coadyuvantes para que los jóvenes ingresaran a las pandillas.

En varios estudios, en este mismo año, se indicaba que la supervisión deficiente, la agresión y la aplicación de una disciplina muy rigurosa por parte de los padres a los niños de 10 años de edad, se vinculaba de una manera importante con el mayor riesgo de condenas posteriores por actos violentos antes de que aquellas personas, aquellos niños, cumplieran 25 años en su etapa adulta.

Si usted se da cuenta, entonces encontramos aquí algo muy importante, que tiene que ver con el valor que tiene una familia. En muchas ocasiones ya no viene a ser tan estimada, como lo estábamos mencionando, porque se están dejando de cumplir papeles muy importantes dentro del seno de la familia.

Todos estos ejemplos deben alertarnos y yo quisiera dirigir la atención de usted, que nos lee; porque si la familia está siendo afectada de esta manera y la sociedad está compuesta por familias, entonces, tarde o temprano, nuestra sociedad vendrá a caer en una circunstancia sumamente delicada y grave, en un caos.

Y de verdad que no es exagerada la palabra que le estoy mencionando, inclusive, usted puede aseverar esto si se da cuenta de cómo nuestra sociedad está siendo afectada totalmente en todos los órdenes.