ALCOHOLISMO: PLACER MORTAL II Parte:
¿Qué haremos como sociedad para combatirlo?
 

Reconozcamos que estamos ante un problema real
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

En general, hay que reconocer que eso causa dependencia, y que hay que tener una gran fuerza de voluntad para salir de ella. Se necesita apoyo, es muy importante el apoyo, se necesita apoyo moral y probablemente económico.

Hay mucha gente que ya destruyó su vida y, bueno, a lo mejor va a necesitar ayuda económica, pero yo quiero ser muy sincero con esto, no es justo que por unas decisiones mal tomadas, y negligencias, y por irresponsabilidades, y por no querer recibir ayuda antes, la persona ahora quiera recibir apoyo económico, y destruya la vida de otra persona.

No es justo, obviamente que hay que considerar que si hay alguien dispuesto a ayudarle, esto también tiene un límite; es decir, usted no puede estar abusando de la paciencia y economía de otra persona, mientras usted no quiere resolver su situación.

Hay que tener confianza, esperanza, una actitud positiva de que se puede salir de la situación; un deseo inquebrantable de cambiar y estar convencido de que sí se va a poder. Anímese, ocupe su vida en cosas que lo edifiquen, como la lectura, tenga una vida disciplinada, saludable, practique algún deporte, empiece a restaurar sus relaciones familiares, empiece a ser una persona que sirva, que ame etc.

Algo que es muy importante y que siempre hemos platicado en nuestras conversaciones, en nuestros programas, el arrepentirse hacia Dios. Hay que entender que cuando una persona vive de esta manera está ofendiendo a DIOS,  que realmente está viviendo para sí mismo, no está pensando ni en su prójimo, ni en su familia, ni mucho menos está pensando en DIOS, que DIOS le dio una vida para que fuera feliz, es cierto, pero para que la dedicara para el bien y pudiera conocer a DIOS.

Y cuando lleva esa forma de vida, todos esos propósitos se destruyen y se ofende al creador y, claro, si usted está dispuesto a salir adelante ¡claro! Hay que salir adelante, hay que restituir, porque con su forma de vivir a ¿cuánta gente no destruye?, ¿no ofende?, ¿no hiere con su conducta?, con su forma de ser, ¿a cuántos pudo a ver insultado?, ¿a cuántos pudo haber violentado?, ¿a cuántos pudo haber agredido?, ¿a cuántos pudo haber dejado de suplir lo necesario?, ¿a cuántos abandonó? o ¿a cuántos les dio mal ejemplo?

Creo que es muy importante tener humildad, decir: es cierto, fallé, y pedir perdón para arreglar las cosas; pero claro, si usted va a pedir perdón, entienda algo: usted está pidiendo perdón para no volverlo a hacer, sino para poner toda su fuerza de voluntad y restituir el daño que haya  hecho a los que haya  ofendido o agraviado.

Si eres familiar del alcohólico…
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