¿Cómo reconciliarme con mi vida?
 

Reconciliándonos con nuestra vida
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Ahora bien, ¿qué aplicación espiritual podemos darle a todo esto?, siempre en nuestro programa buscamos la manera de tener el enfoque  de la problemática en sí, de las estadísticas, de la soluciones, desde un aspecto profesional, científico, correcto; pero, también, tenemos el enfoque espiritual, y la escritura, en el libro de Isaías, capítulo 51:19, las Sagradas Escrituras, nos dicen: “estas dos cosas te han acontecido, asolamiento y quebrantamiento, ¿quién se dolerá de ti?, ¿quién te consolará?”

¡Qué palabras tan sabias tiene Dios! Dios sabe, conoce, que aunque fuimos creados a su imagen, fuimos creados como criaturas libres, pensantes, que sabemos decidir entre lo bueno y lo malo, sabemos perfectamente que en esta vida tenemos problemas, vamos a enfrentar circunstancias, que nos van a llevar simplemente a una existencia gris y no una vida abundante que nos ofrece.

Dios sabe que suceden cosas en tu vida como el asolamiento y el quebrantamiento y sabe que no hay quien se duela de ti, muchas veces, y quien te pueda consolar en esas situaciones.

Dios es quien aboga por nosotros, dice el versículo 22 del mismo capítulo, Dios, nuestro Dios, el Señor, es quien aboga por nosotros ¡Qué importante es esto!

Cuando continuamos escudriñando las escrituras, en Isaías, capítulo 50:4 dice: “el Señor me dio lengua de sabios, para hablar palabras  al cansado, despertará mañana tras mañana el cansado, despertará mi oído para que oiga como los sabios”.

El Señor me abrió mi oído, Cristo Jesús, el hijo de Dios divino, Dios verdadero, nos ofrece palabras llenas de sabiduría y nos habla con gran sabiduría para aquellos que estamos cansados.

Él sabe darnos las palabras exactas en nuestra vida, que pueden enderezar nuestras vidas, de tal manera, y revitalizarlas para vivir una vida abundante, y no solamente existir una vida gris, ¿quién mejor que Dios nos va a ayudar a reconciliar nuestros problemas? o ¿a reconciliarnos con nuestra vida la cual no nos agrada?, la cual esta encadenada a un pasado lleno de sufrimiento lleno de problemas, etc., sino aquel que dio a su propio  hijo para reconciliar al mundo con él.

Nosotros estamos enemistados con Dios por causa de nuestras desobediencias; sin embargo, Dios, a pesar de nuestras desobediencias, nos ha dado a su propio hijo, Jesucristo, para reconciliarnos con Dios, por medio de Cristo Jesús y encontrar paz con Dios.
 
Porque encontramos que Él quita todos nuestros errores, culpas, desobediencias, vidas fracasadas y convierte nuestra realidad en algo que ahora tiene propósito, en algo que ahora tiene vida real.

Quiero decir con esto que, muchas personas, el día de hoy, necesitan la ayuda de Dios sobre todas las cosas, para saber enfrentar sus problemas, porque muchas veces nos  desbordan, nos ahogan, nos sepultan en un sepulcro donde no podemos salir de ahí.

Y no importa cuán turbada se sienta tu vida, cuanto enojo o depresión estés experimentando, recuerda que tú fuiste creado un ser humano y un ser humano es algo muy valioso, que este mundo se haya encargado de decirte que no vales nada y que eres una basura y que tu vida es un fracaso y que no tienes ya oportunidad de arreglar tu vida, es mentira.

Porque fuiste creado con un propósito en esta vida, Dios te creó, te hizo tal como eres para un propósito, en esta vida. ¿Sabías tú que hay un propósito para ti?, ¿que en esta vida tiene un propósito para ti? Entonces, huye de esa amargura que te atrapó, de esa ira, de ese enojo, de esas palabras duras que habla tu boca sobre los demás y sobre ti mismo.

Huye de esas cosas, de esa mala conducta, alcanza la paz por medio de Cristo Jesús y date cuenta que puedes ser limpio totalmente. Al principio decíamos que es importante que cambies radicalmente, para poder enfrentar el problema y enfrentar los problemas diarios,  y ese cambio radical lo da Cristo Jesús.

Decíamos también que era importante que limpiaras tu corazón, y no hay nada más útil para limpiar tu corazón que el perdón de los pecados, de Cristo Jesús.

Decíamos que es importante que tengas sabiduría, y ¿a quién da sabiduría Dios?: a los humildes, a los que necesitan a Dios, a los que se lo piden en una oración. Los que hablan con Dios en su desesperación no serán avergonzados.

Muchas gracias y que tengas una vida con un propósito real y que alcances lo que tú mereces.

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