¿Cómo reconciliarme con mi vida?
 

El hogar saludable nos ayuda a madurar
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

La casa no es un lugar para enfrentar más problemas; es un lugar para resolver muchos de nuestros problemas.

No estoy hablando de los ladrillos, de la madera que forma la casa física, estoy hablando de papá y mamá viviendo una vida de comunicación, transparencia, perdón, reconciliación continua entre ambos, comprensión y los hijos aprendiendo de los padres, conductas buenas y sanas, que los ayudan a crecer y madurar.

Entonces, ¿qué es enfrentar correctamente los problemas en esta vida?, ¿cómo enfrentar un problema? Enfrentarlos es madurar.

Muchos niños que tuvieron todo en su vida y llegaron a su juventud siendo apapachados por los padres y nunca los quisieron ver sufrir, son las personas más complicadas, caprichosas, más insensibles y jamás estarán dispuestos a ayudar a nadie si no les trae algún beneficio a ellos mismos, y tenemos una sociedad llena de este tipo de personas.

No importa que seas de condición económica humilde o que seas muy rico, existe ese mal en muchos, el niño chiflado, apapachado, que sus padres le dieron más de lo necesario, que lo chiflaron, siempre lo protegieron, que no le enseñaron a enfrentar los problemas de la vida poco a poco, ayudándole a razonar con un juicio crítico, maduro, una mente sana.

Como dicen, (disculpe la expresión pero es tan común): “Estamos haciéndonos bolas”, nos estamos llenando más de problemas porque cuando se complica una vida, se complica la vida de muchos alrededor; y hoy encontramos muchas vidas complicadas, enredadas consigo mismas, porque no saben cómo desenredar su vida, ya no saben dónde comenzó y dónde termina el problema.

Hoy en día, quiero decirte que la única manera de superar los problemas que confrontamos, es saber que hoy es un buen día para empezar. Si queremos vivir, tenemos que aprender a enfrentar los problemas y no verlos como males, sino como una oportunidad para superarnos. Recuérdalo: maduramos mentalmente como personas más y más conforme aprendemos a enfrentar los problemas.

Una señora acudió en alguna ocasión con un terapeuta y venía de un matrimonio totalmente destruido, dejó de atender a sus hijos, todo el día estaba con una tristeza infinita, acentuada por la falta de dinero y pensando cómo hacer que aquel hombre al que tanto amaba, regresara a su casa.

Comenta ella: “No podía creer lo que estaba sufriendo, fue una pesadilla de muchos años, hasta que pedí ayuda a mi terapeuta y obviamente doy gracias el día de hoy por las consejerías que me han dado; pero me doy cuenta que el abandono es como vivir un duelo, como cuando alguien se nos muere y hemos perdido a alguien en la vida… pero tiene cura, ya que he podido dejar varios resentimientos que había acumulado a lo largo de mi vida.”
 
¡Qué importante es esto!, ser libres de los resentimientos que vamos teniendo en nuestra vida. “Ahora estoy en paz con la persona que me abandonó, vivo en paz con mis hijos y sobre todo, conmigo. Los daños que causé están siendo reparados con esta nueva actitud, gracias a los consejos recibidos, comencé a vivir”.

Hoy, ella dice que el amor de sus hijos es lo que la hace despertar cada día, le da aliento, esperanzas y fuerzas para afrontar todos los obstáculos y retos que se le presentan; y al final, le agradece a Dios por ese amor que le acompañó, cuando más lo necesitaba.

Los problemas de la vida y la reacción ante ellos. Muchas veces tenemos problemas, cosas que no salen como lo teníamos pensado, planes frustrados, expectativas no cumplidas o como sea que llamemos a los problemas.

No sabemos por qué las cosas no van como queremos; en esos momentos nos preocupamos, nos fastidiamos y hasta nos enfermamos con dolores de cabeza, fastidio, dolores de músculos, cansancio, etc.

Esas actitudes de estrés, no van a hacer que las cosas cambien, ni que sean mejor o peor. Muchas veces te preocupas por cosas insignificantes, por los momentos que te hacen pasar y, a veces, no terminan siendo las cosas lo que pensamos.

No te preocupes por haber fallado, preocúpate por no volver a fallar. La vida es una y los problemas son muchos.

Cómo vencer los problemas:
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