Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El mejor reconocimiento y tratamiento de la depresión en la vejez hará que este periodo de la vida sea más placentero para el anciano deprimido, para su familia y para quienes le cuidan. Si te sientes que te han abandonado y que no eres valorado a causa de tu edad, quiero decirte que eso no es verdad y te lo voy a demostrar, te voy a contar una historia de mi familia:

La tía de mi mamá era una mujer muy bella, te lo digo porque cuando yo la conocí, yo era un niño  y era ella de mucha edad, ella me quería mucho y cuando íbamos a visitarla me llenaba a mí y a mi hermano de muchos detalles y palabras bellas. Vivía en una casa inmensa, de esos viejos caserones de mi pueblo natal.

Todo era alegría cuando íbamos ahí y corríamos por la casa con sus risas mientras nos hacía esas tortas deliciosas y demás cosas… nos sentíamos felices, ah pero qué triste era la despedida, ella se quedaba tan solita ahí con sus cosas, hasta que un día fue muy diferente: ella parecía más joven que nunca y llena de sonrisas, entonces nos contó que una tarde había ido al parque porque se había sentido más triste que nunca; se sentó en el parque y entonces unos niños se le acercaron.

Al principio tuvo temor de que le fueran a robar algo porque los vio muy sucios, pero cuando miró en el fondo de sus ojos, sintió una gran ternura y compasión por ellos, fue entonces cuando se dio cuenta que en este mundo muchas personas frágiles necesitan de la mano de otros, y ella decidió ir a buscar uno de esos grupos de caridad en donde van a visitar a los niños de los orfanatos. Desde entonces no solo regresó al parque con otras personas a hacer algo por aquellos niños, sino que se encontró a sí misma. Desde entonces ya no estuvo más sola.

Siempre hay una esperanza. Es posible que cuando leas o te lean estas líneas estés en una cama enfermo querido anciano o anciana, quizás en una silla sin poder levantarte, amada ancianita, y quiero decirte que aun desde ahí puedes hacer algo por otros y llenar tu vida de amor y de esperanza. Tal vez te sientes cansado o cansada, vas lento y te sientes pesado y ya no te animan todas aquellas cosas que alegraban la vida en tu juventud.

Yo te recomiendo: busca tu propio lugar en la vida. Siempre hay algo que no hemos vivido, algún poema que no hemos leído, alguna persona maravillosa que no hemos conocido, siempre hay algo nuevo para ti si lo buscas, no te quedes en casa, busca los bellos lugares de tu ciudad o de tu pueblo, busca a tus viejos amigos y entra en relación con los demás.
 
Querido anciano o anciana, si estás impedido, busca la manera de que vengan a tu encuentro, siempre he escuchado decir que no hay nada nuevo en la tierra y en el cielo. Yo te digo que cada cosa puede ser nueva, o que cada día puede ser nuevo, ¡vive tu vida al instante, disfruta cada minuto de tu existencia!

Es tiempo de reconciliarte y de rehacer lo que se rompió en el pasado, es tiempo de perdonarte y aprender nuevas cosas. La edad no es impedimento, no, la edad no debe ser jamás un impedimento.

Existe pues, la depresión en adultos pero también en niños. La depresión infantil empezó a reconocerse solo hace dos décadas. El niño deprimido puede mostrarse aparentemente enfermo, reusarse a ir a la escuela, no querer separarse de sus padres,  tener miedo a que uno de los padres se muera; el niño más grande puede ponerse de mal humor, meterse en problemas en el colegio, comportarse como un niño travieso o indisciplinado, estar malhumorado o siempre sentirse incomprendido.