ANSIEDAD - La preocupación excesiva: un trastorno de salud mental
 

Una tendencia mental a anticiparse angustiosamente
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Las personas con el Trastorno de Ansiedad Generalizada no pueden controlarse sobre lo que anticipan que va a pasar y anticipan siempre lo peor, no anticipan lo bueno, y esto agrega ansiedad a sus vidas.
Porque imagínese la persona; hoy tiene una cita, mañana tiene un compromiso de trabajo, el sábado tiene una cita porque está vendiendo alguna propiedad, y dice: “es que no la voy a poder vender jamás, es un problemón tremendo” o es vendedor y dice: “no, no, no, no lo van a querer este producto”.

Hay mucha tendencia a preocuparse anticipadamente y a las amenazas que trae en la preocupación, o sea no poder controlar la situación cuando llegue. La verdad de las cosas es que todos podemos controlar las situaciones normales de la vida cuando éstas llegan.

Pero ¿dónde está el problema, en las situaciones? No, ¡está en nuestras mentes! En comparación a “sujetos normales”, las personas con Trastornos de Ansiedad Generalizada, se pasan más tiempo preocupados diariamente: 55 contra 310 minutos, de acuerdo a un estudio, imagínate ¿sabes cuántos minutos del día se pasan más tiempo preocupados los que tienen este trastorno de ansiedad generalizada? 310 minutos del día ¡ay, ay, ay, qué vida!

“Qué difícil es vivir con esa ansiedad constante, y todo porque cuando me crié en mi casa, mi hogar fue un hogar inestable, hubo problemas de alcoholismo con mi padre, hubo una madre sufriente que se tragaba todo, explotaba cuando ya no aguantaba, mis hermanos estaban histéricos por cualquier causa, nos peleábamos por las causas más sencillas, nos dejábamos de hablar meses, no nos amábamos y ahora estoy sufriendo la ansiedad…”

Es cierto, muchos son víctimas de la ansiedad, no es que la hayan buscado, no es que les guste vivir así, el doctor Abraham Low, nos indica que la observación clínica revela que el foco de las preocupaciones en estos pacientes con Trastorno de Ansiedad cambia repetidamente. La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés nos provee de consejos para  prevenir los trastornos de ansiedad tales como la dieta, el descanso, el ejercicio físico, la solución de problemas y toma de decisiones, la interpretación de situaciones y problemas, así como el cuidado de la autoestima y las relaciones con los demás, como parte del tratamiento y entrenamiento específico en técnicas de control de ansiedad y estrés.

La ansiedad y el estrés dependen de muchos factores tanto como situaciones personales, tanto como situaciones diversas, son muchos los factores que pueden prevenir también y pueden reducir la ansiedad y el estrés. ¿Sabía usted que hacer ejercicio le quita el 50% de la ansiedad? ¿Cómo ve? Y es gratis, no tiene que pagar medicinas ni consultas médicas ¿qué ejercicio le gusta a usted? ¿qué deporte le gusta practicar? ¿Le gusta tan solo caminar? Hágalo, hágalo con frecuencia, ¿sabía usted que consumir menos azúcar y consumir más fibra le reduce la ansiedad?  Si consume verduras, vegetales, frutas, buenos granos como el frijol, el maíz, las lentejas, los chícharos, etcétera, le pueden ayudar a reducir la ansiedad…

¿Sabía usted que dedicarse en particular a enfocar su mente a ciertas cosas positivas como la pintura, la lectura y otros pasatiempos, nos ayuda a disminuir la ansiedad, así como el platicar nuestras preocupaciones con alguien de confianza nos ayudará mucho a reducir la ansiedad ¡cuántos pacientes al salir del consultorio de un trabajador de la salud mental se sienten aliviados!

 El hablar nos ayuda, también hay técnicas de respiración que nos ayudan a disminuir la ansiedad, técnicas de relajación que usted puede hacer ahí en la casa pero facilísimas, en el trabajo, en la calle, donde quiera que se encuentre o le tumba la ansiedad.  Fíjese bien lo que dice Silvia: “Tengo 28 años, vivo en Colombia, el domingo pasado sufrí un grave ataque de ansiedad, llevaba tiempo sintiéndome mal, no podía respirar, tenía problemas de estómago, me resultaba imposible concentrarme, hasta el domingo lo había podido controlar pero de repente y sin ninguna causa directa empecé a no poder respirar pensé que se me pasaría pero fue a más, no podía levantarme porque me caía, no podía respirar, pensé que me iba a morir, que no iba a llegar al médico, me temblaba todo pasé un miedo terrible, el médico ha descartado alguna enfermedad física,  sigo sintiendo que me falta el aire y tengo pánico a que vuelva a repetirse lo mismo del domingo pasado, la gente me intenta ayudar pero yo conozco toda la teoría a la perfección sobre la ansiedad, pero no logro aplicarla, no sé a quién puedo acudir, no sé cómo puedo ayudarme a mí misma y en definitiva no sé si podré salir yo sola de esto,  estoy muerta de miedo, me gustaría que si fuera posible me orientarán en algún tipo de estrategias que mejoren aunque sea solo un poco mi calidad de vida, muchas gracias, Silvia.

Bueno Silvia, especialistas han estudiado por años factores que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren el Trastorno de Ansiedad Generalizada, especialmente el Doctor Cano Bindel en su libro La Ansiedad,  claves para vencerla; nos da consejos claves que han sido comprobados empíricamente en la práctica o científicamente sobre cómo evitar el trastorno de ansiedad generalizada, veremos algunos a continuación:

•        La dieta. Conviene comer sano, evitando las comidas que sobre cargan a nuestro organismo con pesadas digestiones u otras consecuencias negativas a corto, medio o largo plazo, obesidad, colesterol, etcétera.  Usar el tiempo de comer como momento de descanso y ruptura con nuestras actividades profesionales, es bueno aprovechar la comida para hacer vida social y familiar, no abusar del alcohol en las comidas.

•        Descanso. Dormir lo suficiente alrededor de 8 horas diarias, tomar vacaciones y fines de semana como tiempo de ocio y descanso, fomentar las relaciones sociales como alternativa al trabajo, dejar el trabajo en la oficina, tanto los papeles como las preocupaciones.

•        Ejercicio físico. La práctica moderada de algún deporte o ejercicio físico ayuda a relajarnos, el caminar todos los días al menos 30 minutos usar las actividades de ejercicio físico para refrescarnos, refrescarnos, o sea charlar relajadamente con familiares o amigos, podemos caminar juntos mi esposa y yo, mi hijo y yo, un amigo, una amiga y yo, podemos ir hacia delante caminando observar los árboles, mira acercarte a una flor, poder oler su perfume o escuchar los pajaritos.

En una ocasión una persona muy apreciada llamó por teléfono a este programa diciendo  que se sentía muy ansiosa y no podía vencer su ansiedad por ningún motivo, obviamente la persona tenía una causa: tenía un hijo con una grave enfermedad y estaba casi el día completo atendiéndolo pero se le recomendaron cosas como la dieta, tenía muy mala dieta, comía básicamente azúcar, con pan, mucho café, muchas cosas así, se le recomendó el ejercicio y la recreación y pues créalo ¿no?, la señora se curó ¿qué tenía? Mucho encierro, el encierro trae mucha ansiedad, el estar solo trae mucha ansiedad, el ser una persona solitaria, sin amigos, sin familia trae mucha ansiedad…

Otra recomendación en este libro:

•        Organización. La organización del tiempo y de nuestras actividades estableciendo horarios es fundamental para poder descansar, no estar preocupados, no sufrir continuos sobresaltos, olvidos importantes, etcétera, no llegar tarde a las citas, contando con los pequeños retrasos habituales para estar a tiempo, en fin, para la solución de problemas y toma de decisiones:

•        No dejar pasar los problemas, sino afrontarlos. Ya sea de una manera más activa, o más pasiva pero decidiendo qué es lo mejor en cada caso, cuando dejamos los problemas pasar y se van haciendo más grandes, ¡ay cómo nos preocupan! ¡Cómo nos torturan en la cabeza! Y dejamos un problema sin arreglar y dejamos otro problema sin arreglar y ya tenemos un montón de problemas sin arreglar. ¡Afróntalos, no tengas temor, haz lo que puedas con lo que tengas! En otras palabras, si es una deuda, enfréntala, se puede arreglar, si es una situación familiar, igual, si es un problema de trabajo, si es una decisión, etcétera, cuando estás analizando continuamente el problema que tienes o las alternativas para resolverlo eso produce ansiedad. Lo mejor es que resuelvas el problema.

Es bueno tomar decisiones siguiendo un proceso lógico: planteamiento del problema, análisis de alternativas con pros y contras, elegir lo menos malo y no volver atrás, disminuye la ansiedad…

Otro factor importante: ¿Qué interpretación le das a las situaciones y los problemas? El estrés que nos produce un problema o situación depende de las consecuencias que prevemos pero a veces exageramos las consecuencias negativas, valoramos exageradamente la probabilidad de que ocurra algo malo, hacemos un análisis catastrófico de las consecuencias, realizamos una interpretación negativa de manera ambigua, etcétera; o sea, lo que te decía antes: las cosas se ven sin solución, los problemas se ven como catástrofes, llevas a cabo anticipaciones negativas y ya empiezas a preocuparte sobre manera, llenarte de ansiedad, no sabes cómo vas a controlar la situación y aún no existe el problema;  de pronto te sale una manchita en la piel y vas corriendo porque tienes cáncer, si estamos nerviosos entender que es natural ,la ansiedad no es tan natural como el miedo, la alegría, el enfado, el enojo y no preocuparnos aún más porque estamos activados o nerviosos, debemos actuar con naturalidad, no evitar los problemas, no estar preocupados por lo que otros puedan pensar de nosotros o de nuestro problema, es bueno saber que los demás no perciben nuestros síntomas de ansiedad con la misma intensidad que nosotros mismos lo estamos experimentando y finalmente es bueno pensar que los demás también tienen ansiedad y que cuando nosotros notamos su ansiedad no les condenaremos ¿por qué tendremos que ser más severos con nosotros mismos que con otros?

Pero aquí el punto a resaltar es que muchos de nosotros somos miedosos a enfrentar ciertas situaciones, una situación de trabajo alguien que quiere hablar conmigo y le doy largas y largas y largas y largas y largas porque sé que va a traerme un problema según yo, obviamente todo eso tiene que ver con un trastorno es ansiedad generalizada.

¿Afanoso? ¡No lo estés, por nada!
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