Desintegración Familiar - Niños y Jóvenes: los más afectados
 

La desintegración familiar afecta la salud mental del niño
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Por otra parte, qué podemos decir que el divorcio de los padres tiene efectos negativos durante la infancia, adolescencia y la edad adulta. Los problemas psicológicos para los niños que crecen sin sus propios padres casados está relacionado con altos niveles de estrés, depresión, ansiedad  y baja autoestima durante los años de su adolescencia y los problemas reducen su capacidad de concentración y atención en la escuela.

La desintegración familiar representa entonces uno de los fenómenos con mayor impacto en la salud mental del niño y del adolescente. Si vamos más adelante hablando acerca de la familia desintegrada y vemos también los efectos negativos que hay.

Podemos hablar de la violencia intrafamiliar, esa violencia que sabemos se da dentro de la familia y pues es de diferentes maneras, puede ser un niño se siente violentado cuando no le dan comida, se siente violentado cuando hay maltrato físico se siente violentado cuando es abusado, lo ponen a trabajar desde pequeño, muy pequeño en cosas muy pesadas en la labor infantil.

La trata de niños en el mundo entero se ha convertido en una epidemia, en una plaga mortal que está hiriendo a esta parte de la población más vulnerable.

El maltrato psicológico de los padres hacia los hijos es una forma de violencia intrafamiliar.

La violencia doméstica es un modelo de conductas aprendidas, si el padre de ese niño digamos fue criado en un hogar donde lo golpeaban y el padre era un borracho, por lo regular va a reproducir su conducta ante sus hijos. Si la madre fue abusada sexualmente muy probablemente tenga problemas psicológicos se sienta indigna se sienta mal, se sienta sin autoestima, bueno ¿qué podemos decir cuando falta ese control?

Falta el control en los impulsos de parte de los padres y hay golpes y hay gritos o falta el apego afectivo de los padres hacia los hijos y la incapacidad también para resolver los problemas.

¿Los problemas tienen solución? Sí, la mayoría de ellos y además en algunas personas podrían aparecer variables, digamos tipos de problemas diferentes que no se pueden resolver y eso conduce a que se pierdan los estribos como decimos en nuestro país: “perdió los estribos y luego golpeó a su esposa o a su hijos y luego se mata” o “padre balacea a su esposa, a sus hijos y luego se quita la vida”.

Bueno cuando tenemos estos fenómenos desagradables como la violencia intrafamiliar el niño y la niña sufren. Los niños golpeados por lo regular son personas tristes, van arrastrando un dolor en la vida, no reciben un amor verdadero ni siquiera el amor mínimo básico que puede recibir un ser humano, el afecto natural que nace de cualquier ser humano en sus propios sentidos, cinco sentidos, seis sentidos, veinte sentidos, como usted quiera decir.

Hay un amor, si los animalitos sienten amor por sus crías y los cuidan, les dan de comer, etcétera, cuánto más un ser humano con toda la capacidad de inteligencia, raciocinio y amor. Usted puede ver, por ejemplo, ahí vemos los jardines descuidados, las fincas que se están cayendo en pedazos porque nadie los cuida, cuando vamos a las granjas, a los sembradíos vemos que la cosecha no se dio y está seca y la tierra está un poco descuidada lo que nos viene a la mente es que le hace falta trabajo a esta tierra, un buen fertilizante, etcétera.

Así también el amor es como un fertilizante, un abono que hace crecer cosas buenas, sabrosas, lindas en la vida que ayudan a nuestros hijos a que salgan adelante. A nuestros hijos les gusta el cariño, les gusta que les digamos que hicieron esto bien, les gusta que no les demos de golpes, les gusta que los tratemos con dignidad, que si vamos a corregirlos, etcétera, lo hagamos en una forma civilizada, llenos de amor, llenos de compasión y con mucha instrucción, guianza y capacitación que podemos obtener aún de libros y programas de internet que son completamente gratuitos.

Fíjese bien los golpes sacan sangre, es verdad, dejan los ojos morados, un mal golpe puede producir la muerte pero hay otros golpes que son más sutiles que no se ven y que se van sellando en el corazón, en el alma del niño o de la niña, se graban.

Esos golpes producen trastornos psicológicos o emocionales, se va agotando el amor de parte de los padres hacia los hijos, la paciencia, usamos las palabras ofensivas, los desprecios, no les hacemos caso, estamos callados ante sus diversas situaciones.

Ahora imagínese el niño cuando recibe abrazos, caricias, cuando se da cuenta que sus padres lo aman, procuran su bien, su bienestar conviven con él, se comunican con él, hay una relación de amor, de confianza entre el padre y el hijo, esos golpes cicatrizan rápidamente, hay solución, hay esperanza, sin embargo hay golpes que no, no cicatrizan porque la situación sigue dándose en la casa, el desprecio, etcétera.

La madre se convierte en una mujer perfeccionista, quiere tener su casa muy arreglada, el padre está muy ocupado en su trabajo y los niños sufren un golpe fuerte que es vamos a llamarlo  “el descuido de los padres hacia los hijos para convivir con ellos para pasar tiempo con ellos”.

El silencio, la ausencia de los padres cuando cerramos nuestro corazón y nuestra boca, cuando nuestros hijos hacen algo que es bueno, que es positivo que es el momento de animarlos ya sea que estén en el kínder, hizo un dibujo y lo cree que es una obra de arte y en lugar de abrazarlo a nuestro hijo o alabarlo guardamos silencio, con esto produces en tu hijo que aprenda  a ver solo los errores pero no lo bueno que hay en su vida.

Todos estos golpes emocionales y psicológicos hacen tanto daño en la niñez porque el niño o la niña no saben defenderse, sus mentes apenas empiezan a desarrollar lentamente ciertos mecanismos de defensa de fuerza y digamos que la mente de nuestros niños es como una esponjita, absorben todo.

Por eso los días, los años de la niñez y el futuro de nuestros hijos serán mejores cuando ellos palpen el amor de parte de nosotros, papá y mamá, y cuando se den cuenta que su mamá recibe un beso de parte de papá y un abrazo cuando llega del trabajo o viene con un ramo de flores para su esposa, le da un beso a su esposa, salen al parque, al lugar de diversión, salen juntos a la calle a jugar algún deporte o simplemente una merienda; son detalles que se van grabando en el alma de los niños que van moldeando su personalidad y van llenando su corazón de ese afecto de ese cariño, de ese amor.

¿Cuál es la mejor herencia que puedes dejarle a tus hijos sino es el amor? No importa que no les dejes dinero, no importa que no tengas la manera de hacerlos ricos, si tú los haces crecer sanos que tengan una educación básica, que tenga esa seguridad, que sean libres de los golpes internos, emocionales, psicológicos, que observen un lugar estable, un matrimonio, es la mejor herencia, ellos seguirán el rumbo por lo general que siguieron sus padres, imitaran sus conductas y créeme que alguien que haga eso no le irá tan mal en la vida.

Nuestros hijos son como esa vasija, esa vasija es de barro luego se hace perfecta y puede contener toda el agua, pero cuando la vasija se agrieta por el uso, esa agua que se desparrama, esa agua que cae a la tierra puede producir buenos frutos también como son las flores que mencionamos al principio en nuestra breve historia acerca de la vasija rota.

Hoy en día nuestros hijos pueden ser lo que nosotros queramos en nuestras manos, esa es la verdad de las cosas, hay un dicho por ahí que dice que “los hijos son el reflejo de los padres” y hay otros dichos que nos hablan que “de tal palo, tal astilla”, “míralo se comporta igual que su papá”, “salió igual de soberbio, de orgulloso que su padre, solo piensa en dinero y en maltratar a su esposa y a sus hijos”, “nombre, éste es igualito de borracho que su papá”, “éste tiene el carácter de su mamá, todo el día anda en chismes y metiéndose en lo ajeno” y así sucesivamente escuchamos uno y otro acerca de la herencia que reciben nuestros hijos.

Pero yo quiero decirte algo, mucha gente hoy le da una importancia tan grande a las cosas materiales, a las comodidades, a los placeres, a satisfacer los deseos a todo lo que da, cuando realmente nuestros hijos no fueron creados por Dios para convertirse en objetos de uso.

Muchos padres imponen su carácter a sus hijos y dicen “yo quiero que mi hijo sea como yo” bueno, si tú eres un buen padre qué bueno que tu hijo sea como tú, pero si eres una persona prepotente, orgullosa, un macho, digamos como se nos dice a muchos de nosotros en América Latina, los machos ¿verdad? Que tenemos el carácter bronco, que tenemos el carácter duro, que somos duros con las mujeres y hacemos lo que queramos con ellas, buena esa historia que viene una y otra vez arrastrando nuestra cultura y destruyendo nuestros valores verdaderos.

Porque en realidad nuestros países fueron fundados por padres que lucharon por lograr mejoras sociales, mejoras económicas, mejoras políticas y pues no podemos negar que muchos de ellos hicieron esfuerzos, y sacrificios enormes para poder tener un poco de libertad el día de hoy, sin embargo ¿qué vamos hacer como padres con nuestros hijos?

Hemos dicho en otros programas que el padre es el originador, el creador, el padre de la Macintosh Apple es Steve Jobs, el padre de la experimentación nuclear Einstein, el padre de la pasteurización Pasteur, y así el padre de esto y de aquello, pero, ¿quién es el padre que realmente se atreve a decir soy el padre de mis hijos, soy la madre de mis hijos, soy el originador de este joven estable, feliz con la vida?

Padres de jóvenes a quienes no lo poseen los bienes materiales, ni lo poseen las drogas, ni lo poseen los placeres de este mundo, como el fin que le va a traer la felicidad, sino lo posee una paz, un gozo, una salud mental verdadera, pura, limpia, que lo posee una meta de seguir adelante, amando a Dios con todo su corazón, con toda su fuerza, con toda su mente, con toda su alma y a su prójimo como a sí mismo.

Pues esta clase de hijos los produce solamente Dios, y cuando un padre está cerca de Dios, cuando un padre está en Cristo Jesús su descendencia es bendita, si el padre está dispuesto  hacer cumplir esas promesas que han salido de la boca de Dios para su propia familia, si el padre está dispuesto a hacer lo que dicen las Escrituras acerca de él, si la madre está dispuesta a hacer la madre que las Escrituras, la palabra de Dios dice que debe ser.

Tenemos algo de parte de Dios, se llama su ayuda, su gracia, su ayuda continua cuando nos hemos dado cuenta que nuestra vida como padres no sirve y estamos dispuestos a cambiar y hacer lo que Dios manda en sus Escrituras, a poner por obra sus mandamientos.

Seamos padre, madre, hijos, y estemos dispuestos a amar con un amor distinto al amor limitado y escaso que no puede suplir las necesidades del vacío interior de nuestros hijos, sino con ese amor puro y santo que está dispuesto a luchar prolongadamente hasta lograr la meta para lo cual fue creado, sin cansarse, sin desanimarse, sin tirar la toalla, sin dar vuelta atrás y aún soportando y sufriendo lo que fuera necesario.

Porque ese amor y esa paz de Dios lo fortalecen grandemente, la verdad de las cosas no podemos resistir en nosotros mismos la carga de este mundo y la tarea de educar a nuestros hijos sin la ayuda del Dios vivo y verdadero y de su hijo Jesucristo a quien él envió para que nosotros tengamos la esperanza de una vida nueva.

De modo que si alguno está en Cristo nueva creación es, nueva criatura, somos recreados por Dios, nos da una mente nueva, un corazón nuevo, unos ojos nuevos, para poder ver las cosas desde el punto de vista del amor llenos de un amor que viene del cielo, las cosas buenas preciosas de Dios se derraman en nuestro corazón su paz, su amor, su gozo, etcétera, y sobre todas las cosas nos capacita de menos a más cada día, cada día.

Nos capacita para aprender a ser verdaderos padres que suplan a nuestros hijos esa atmósfera donde puedan desarrollarse sanamente, donde pueda anhelar las cosas que son verdaderas, donde puedan ser felices y no estar arrastrados por una corriente consumista que sólo los hace ver las cosas materiales como las cosas bellas, acumular placer, dinero, droga, alcohol, como la manera de evadirse de estas situaciones que les afectan.

Sino al contrario abrir una pauta de esperanza y que tus manos sean las que estén despertando los deseos de tus hijos hacia lo bueno, tu esfuerzo, tu lucha como padre y madre, no sea el mundo que te los arrebate y haga con ellos lo que quiera.

Muchos padres hoy sufren la pérdida de hijos por causa del mal camino que tomaron  y no quiero condenar ni culpar a nadie sino dar esperanza a todos aquellos que nos escuchan el día de hoy, de que en Cristo Jesús tenemos la esperanza de la vida nueva, de una vida llena de paz, de tranquilidad.

No estoy diciendo que se acaban los problemas o que Dios te va a llenar de carros o de casas y que te va hacer rico y que te va hacer esto y aquello, ¡no!,  los problemas siguen siendo los mismos, el mundo no va a cambiar y las acechanzas del mundo para destruir a tu hijo mediante la droga, el alcohol y demás van a continuar, pero una cosa te va a dar Dios, la capacidad de enfrentar todo ello y triunfar sobre todas esas dificultades como dice su sagrada palabra “En Él somos más que vencedores”.

Hay una gran diferencia entre la persona que es nacida de Dios, que ha experimentado una obra real en su vida de Cristo Jesús para convertirlo en una nueva creatura y la que no.

La que es cristiana de corazón y que vive en Cristo Jesús, tiene los mismos problemas, las mismas situaciones, las mismas enfermedades, las mismas carestías, enfrentan los mismos retos etcétera, pero en Cristo somos más que vencedores sobre todas esas cosas, y sean hambre, desnudes, todo aquello que pueda venir sobre nuestras vidas; angustias, aflicciones, etc.

Por eso yo te invito el día de hoy que reflexiones en esa parte espiritual de nuestro programa que es tan importante para ti, si quieres promover una salud mental en tu familia el día de hoy y evitar la desintegración familiar que afecta tanto a los niños y a los jóvenes, los más afectados.
Gracias por su atención.

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