Desintegración Familiar - Niños y Jóvenes: los más afectados
 

Los tiempos actuales son difíciles
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hola, un saludo muy cordial de parte de todos aquellos que trabajamos en este programa “Esperanza para la Familia”.  Sabemos que los valores familiares son la solución.

El día de hoy vamos a continuar viendo la siguiente parte de esta serie titulada “La salud mental en la familia de hoy”. ¿Qué tema trataremos? La desintegración familiar, siendo los niños y jóvenes los más afectados.

La desintegración familiar hoy en día afecta mucho a los niños y a los jóvenes y ¿por qué no decirlo también? A nosotros los adultos que llevamos las consecuencias de una familia desintegrada.

Los tiempos actuales son difíciles

Es casi imposible encontrar a alguien que no sienta la presión de estos días; el estar ansioso, el estar estresado, la verdad de las cosas que no respetan ni credo, nación, raza, nada, ni siquiera la posición económica que tengas tú en la vida.

Hoy más que nunca nuestros jóvenes se encuentran bastante estresados, porque ya tienen todo su día programado; a veces la escuela, los deportes, el trabajo, la tarea en la casa y otras actividades. Por otro lado los teléfonos celulares, los  mensajes de mensajería instantánea, el Internet, los iPods, el Facebook.

Todo eso hace una montaña tremenda de ruido en la vida del joven y pues para mantener su calma cada día nuestros adultos jóvenes, nuestros adultos que están en el proceso de madurar, esos jóvenes y esos adolescentes también y esos pequeños que están ingresando a este mundo cibernético pues muchas veces tiene que mantenerse a través de la comida rápida.

Ya no hay aquellos tiempos para cocinar en casa como solíamos cocinar las antiguas generaciones, sentarnos en nuestra silla, leer con calma el periódico, tomar la siesta, ahora se toman bebidas energéticas para mantener a los jóvenes, pero ¿qué podemos decir del estrés en los adultos? Pues también está creciendo.

Para los adultos el estrés se enfrenta, cada vez que las situaciones difíciles van creciendo, por ejemplo, la economía, la falta de trabajos, la falta de seguridad, el creciente desempleo, esto incrementa las presiones sobre la familia y es fácil ver porqué muchas familias sienten el calor de estas situaciones ¿verdad?

Pero sobre todas las cosas es que muchas veces el estrés no necesariamente es una situación que tenga que ver con enfermedades, es una respuesta normal del cuerpo y la necesitamos.

Es cuando podríamos decir que cuando el organismo libera hormonas como la adrenalina y otras más que causan en algunas ocasiones que nos pongamos cuidadosos; cuando hay peligro, que podamos leer toda una noche, que podamos tomar oxígeno en nuestros pulmones, que podamos realizar actividades que pasivamente no logramos realizar.

Sin embargo queremos hablar precisamente de esa salud mental y como la desintegración familiar está afectando a nuestros jóvenes.

Estamos dando un panorama en general de lo que viven nuestros jóvenes el día de hoy y cómo los niveles de estrés se van haciendo más grandes y además por largos periodos de tiempo.

Cuando esto sucede, que el estrés dura más tiempo de lo  que debe durar normalmente, pues  la persona se  siente como decaída, la presión sanguínea puede subir, la persona puede perder peso, se deprimen vamos a decirlo así y pueden surgir enfermedades.

Repito, no solo la presión sanguínea o enfermedades del corazón, diabetes, sino también afectar la salud mental de nuestros jóvenes, por eso es importante que nuestros jóvenes enfrenten el estrés con capacidad, con entrenamiento para que no se conviertan en personas después, vamos a decirlo así, presas de la depresión, de la angustia, de un problema de salud mental que inclusive que produzca trastornos mayores.

La lección de la vasija agrietada
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