Desintegración Familiar - Niños y Jóvenes: los más afectados
 

La lección de la vasija agrietada
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Recuerdo con mucho cariño la historia de la vasija rota, no sé si usted la ha escuchado alguna vez, pero un cargador de agua de cierto país tenía dos, dos grandes vasijas, cada una colgaba de un extremo de una especie de como de madera de palo que llevaba en el cuello y una de las vasijas tenía una grieta en ella.

En nuestro país yo a veces me gozo con las escenas del campo y veo a las mujeres que van llevando el agua de los recursos de las fuentes de agua de los pozos a sus casas y llevan precisamente dos vasijas o dos tinas, una del lado derecho, otra de lado izquierdo y van sujetadas ambas a un palo que va apoyándose en la espalda o en la cabeza de la persona, depende su capacidad y de ésta manera suplen agua a sus casas.

Todavía vemos ese sistema primitivo pero a la vez pintoresco, pintoresco porque nos recuerda que, pues que la naturaleza es muy sabia y el agua es necesaria para la vida ¿quién no necesita agua el día de hoy? sobre todo esa agua que da vida verdadera.

Entonces este cargador de agua tenía esas dos vasijas y una de ellas, una de las vasijas estaba rota, quebrada, agrietada, como usted quiera llamarle, y mientras la otra vasija era una vasija que podríamos decir perfecta y siempre entregaba la porción de agua  completa al final de la caminata desde el arroyo hasta la casa, mientras que el bote agrietado,  la vasija agrietada solamente entregaba la mitad, el resto se tiraba en el camino.

Durante dos años completos esto fue; el día, la noche del portador del agua y obviamente siempre llevaba su vasija la que era perfecta completa, llena de agua y la que era, vamos a llamar imperfecta, agrietada sólo con la mitad del agua.

Un día la vasija agrietada dijo:
-Estoy avergonzada de mi misma- ¿verdad? – y me quiero disculpar contigo.
-¿Por qué?- preguntó el  cargador de agua. - ¿Por qué estás avergonzada vasija?
-Porque en los últimos años solo he sido capaz de entregarte la mitad de mi carga de agua porque una grieta en mi costado causa que la mitad del agua se tire en el camino.

Pero el portador de agua el cargador sentía compasión por la vasija y dijo:
-Mira cuando regresamos a la casa ¿no vez esas hermosas flores asoleadas en el camino?- Y la vasija agrietada dice –En efecto, mientras subimos la colina me doy cuenta que el sol está calentando hermosas flores silvestres alado del camino-.

Esto animó a la vasija agrietada porque veía unas flores hermosas del lado de donde iba ella caminando todos los días y el dueño de la vasija le dijo- ¿te diste cuenta que no había flores, solamente de tu lado hay flores, pero del otro lado no hay flores? Es que siempre me había dado cuenta de tu falla, de tu grieta y me aproveche de ello, planté semillas de flores en tu lado del camino y cada día mientras que caminábamos de regreso de la corriente has regado con la mitad de tu agua esas semillas que hoy se han convertido en las flores más hermosas que tu ves por este camino por donde tu pasas, y además estas flores tú te has dado cuenta adornan nuestra casa, embellece nuestra mesa, etcétera.

En una ocasión escuché a un jardinero que decía lo siguiente:
“No dejes que tu vasija  rota se vaya a la basura, son tan útiles.”

Y es verdad, cuántas vasijas rotas hoy en día van a la basura porque se quiebran en dos o tres piezas, ya sea por la lluvia, por la nieve, por el verano, por el calor, el barro o el material con que están hechas normalmente se ve afectado, sin embargo con solamente tomar un poco de pegamento y poner las tres o cuatro piezas en su lugar, tenemos la vasija funcionando de nuevo y no solamente eso, sino que esa vasija echándole tierrita  y una semilla o alguna plantita embellecerá nuestras vidas, nuestra casa y podremos ver cosas maravillosas que crecen en esas plantas, flores exóticas, flores sencillas, y pues es muy importante.

Yo pregunto el día de hoy ¿Cuántas vasijas hoy se sienten rotas que me escuchan? ¿Cuántas personas se sienten agrietadas, que no están cumpliendo con aquello que les fue asignado en la vida?  Y se sienten destrozados pero no toman la iniciativa para repararlas vasijas rotas.
Quiero decirte que si tú tomas la iniciativa y estás dispuesto a hacer restaurado, puedes lograrlo.

Conociendo la salud mental de nuestros hijos
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