Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Cuando la vida te da la espalda, puedes llegar a padecer cierto estrés postraumático pero siempre hay algo que se puede hacer al respecto para superar los efectos. Para sobreponerte a una situación traumática yo te sugiero que tomes nota de estos consejos:

• Acepta lo sucedido. Reconoce la situación traumática y entiende que esto será complicado de asimilar. Será fundamental para ti poder reducir el daño mental de aquel evento, de aquel trauma y así lograr superar las secuelas que pueda haberte ocasionado. Reconoce la situación traumática, debes estar consciente de que esto será complicado asimilar. No, no va a ser sencillo, va a ser complicado, pero puedes lograrlo.

• No dejes de comunicar tus pensamientos y sentimientos con los que te rodean. Ellos te van a comprender, te pueden hacer sentir mejor, te pueden ayudar a recuperar la confianza. Es importante poder expresarte acerca de la vivencia traumática; el diálogo te aliviará, lo peor que puedes hacer es no contar lo que te sucede porque de esa forma no podrás recibir ayuda.

• Reconstruye mentalmente el episodio traumático. Esto es para procesar el recuerdo traumático y desbloquear tus pensamientos, conductas y sentimientos. Intenta hacerlo sin miedo, sin remordimiento, este paso es importante. El reconstruir mentalmente el episodio traumático es importante porque para darte cuenta de que ya no se puede volver atrás, que las cosas han venido así y debemos afrontarlas o enfrentarlas porque la vida continúa, no te puedes quedar atrás, la vida sigue adelante.

Si el estrés postraumático te impide hacer vida normal, te recomendamos que imagines situaciones temidas que en un primer momento te pueden reactivar tus miedos y ansiedades pero te permitirán controlar dichas situaciones, con esto aprenderás a controlar tus emociones y en el terreno mental no habrá consecuencias peligrosas, si lo consigues habrás dando un paso esencial en tu recuperación.

Tú dirás ¡bueno tú me estás pidiendo que yo vuelva a pensar en lo que me traumó! Exactamente, que sudes, que te pongas nervioso, que te angusties, pero empiezas a superarlo, vuelves a pensarlo, y ya no es tanto el efecto y lo vuelves a pensar hasta que desaparece. ¿Está comprobado? Sí, científicamente sí; en el campo de la práctica sí, ¿Lo puedo lograr yo? Sí.

• Ejercita tu capacidad de relajación. ¡Qué importante es saber relajarte! Podrás logar un equilibrio tanto emocional como físico, liberándote de tensiones.

Puedes recurrir a diferentes técnicas de respiración, relajación, ejercicios, etcétera y con ellas aprenderás a enfrentar situaciones específicas.

• Desarrolla capacidades. Hazte hábil para que puedas dirigir mejor lo que quieres que suceda, más que evitar lo que no quieres que ocurra; o sea, mucha gente vive con miedo de lo que va a ocurrir, su percepción, su entendimiento de lo que va a pasar se agranda y de esta manera se agranda su ansiedad, se hace gigante el problema y eso afecta mucho a la persona, le produce ansiedad, estrés, dolor de cabeza, dolor de cuello, dolor de hombros, dolor de espalda inferior, etcétera, dolor generalizado, la persona no tiene esperanza, no tiene alegría, no, simplemente está esperando ya lo que le va a venir, ya está ¿y ahora? ¿qué sigue?

Qué triste ¿no? Eso nos pasa a todos pero recuerda algo que es muy importante: si tú no tienes la suficiente fuerza para salir de este pozo, busca ayuda profesional especializada.

Además puedes participar en grupos de auto ayuda, hay grupos de auto ayuda específicos para este tipo de personas con estrés postraumático. La meta es esta: que logres que tus pensamientos no dominen tus sentimientos, y las actitudes con las que vas a encarar o enfrentar los inconvenientes de la vida. ¿Cuántas personas hoy nos escuchan y se preguntan  a sí mismas, “¿qué más puedo hacer?”