La cara oculta de la familia de hoy: El Estrés Postraumático
 

La comunicación es importantea
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hoy en día la salud mental en nuestros países de América Latina ha mejorado muchísimo con respecto a los años sesentas y setentas según la Organización Panamericana de Salud.

Es increíble cómo nuestros países han notado la necesidad de extender mayor servicio médico a las comunidades, ciudades, etcétera.

Mayor servicio de profesionistas de hospitales, de clínicas de atención privada, en éste renglón de estrés postraumático.  Se conoce muchísimo mejor hoy éste cuadro, se puede ayudar rápido y prontamente a las personas. Ahora recuerda que puedes buscar ayuda también en los servicios de salud mental de tu zona, ahí hay psicólogos, psiquiatras, enfermeros preparados para escucharte en salud pública que atenderán cualquier consulta.

La intervención temprana en víctimas recientes o potenciales afectadas por este trastorno de estrés postraumático como son familiares, cuidadores de las víctimas, personas que observaron la escena, vecinos, si se interviene rápido, esto es eficaz y previene la aparición de síntomas.

Mira te voy a decir algo, en muchas ocasiones el solo hablar de estos traumas, te alivia y a veces hasta te cura en una forma total. En nuestra experiencia de consejería familiar y matrimonial, no pocas personas llegan con estrés postraumático porque han sufrido algún trauma y los efectos del trauma han persistido hasta el día de hoy y sufren dolor, sufren angustia, sufren pesadillas, recuerdos persistentes, etc.

Y entonces, la comunicación es tan importante, no  te dé miedo decirlo, no te dé miedo hablar de esto, sé que es difícil abrirte con cualquier persona, hay mucha desconfianza que impera en nuestros corazones el día de hoy hacia los demás, ¿Qué intenciones tendrán? ¿Me verán con mala cara? ¿Se van a burlar de mí? ¿Me etiquetarán como un loco? ¿Me van a llenar de pastillas? Ahora ya no puedo ir a mi trabajo, ¿me echaran fuera de mi trabajo? ¿Perderé el  empleo? ¿Mis hijos se darán cuenta, mi esposo, mi esposa? Etcétera. 

Son pensamientos que son normales y vienen a nuestra mente antes de hablar nuestros problemas. Pero tú no debes actuar así, realmente hay personas que se interesan todavía por tu salud y sobre todo por tu salud emocional porque todos necesitamos cierto tipo de ayuda y hablar y expresar y llorar con los demás y poder dejar que fluya, que ventile ese problema ante personas responsables que  nos escuchen y nos sepan dirigir hacia la solución de nuestro trastorno de estrés postraumático.

Recuerdo a Anita, una joven que presenció la muerte de  un ser querido, entraron a su casa mataron a su hermano, los asesinos huyeron y hasta el día de hoy no los ha encontrado la policía.

Ella vio a su hermano morir, lo vio lleno de sangre, esas imágenes hasta el día de hoy la atormentan, la despiertan en la noche, la hacen sudar, la hacen tener ataques de pánico, la hacen deprimirse  y violentarse y no entiende por qué actúa así  y en su familia notan que Anita es diferente totalmente.

Anita era la única persona presente cuando murió su hermano sin embargo cuando Anita se acercó en busca de ayuda profesional lo que más le preocupaba a ella era ¿Qué van a pensar los demás acerca de esto? Pero cuando encontró al profesional de salud que fue simpático con ella, que entendió su problema y  sintió afecto y se identificó con la persona y tuvo ese grado de compasión humana que muchos médicos aún tienen, y servidores en la salud mental, ella se empezó a abrir.

Pero no solamente salió eso, salió otro problema muy grave también, a ella le tocó presenciar, desgraciadamente, cómo su hermano violaba a su hermana; ella tenía dos traumas añadidos y el otro le daba muchísima vergüenza hablarlo, ¿cómo voy a  decir que mi hermano es un violador? ¿Cómo lo voy a acusar ante un doctor, qué tal si las autoridades lo encarcelan?, ¿Qué tal si hablo y esto me mete en un problema  a mí con mi hermano y mi hermano me mata?

Vivimos encadenados, vivimos en prisiones, vivimos en situaciones que nos paralizan emocionalmente  y no queremos hablar y es cierto, muchas veces hay razones por las que no debemos hablar.

Si secuestraron a un hijo mío y de pronto los secuestradores me dicen: “si usted habla de esto, mataremos a su hijo”, y si no hay con quien hablar de esto, el esposo no está en casa, los hijos son pequeños, ¿Quién me va a escuchar?, ¿y si hablo a la policía? Se enteran los secuestradores y matan a mi hijo y durante agonizantes semanas está esperando esa madre escuchar noticias si su hijo está vivo o está muerto.

¡Cuánto estrés, cuánta angustia, cuánto dolor siente esa madre o ese padre desesperado porque no encuentra respuesta a su angustia y no puede comunicarlo tampoco!

Hay personas dispuestas a ayudarte
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