La familia y la salud mental
 

Hay esperanza ante la debilidad
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

¿Están preparados nuestros hijos para experimentar un evento traumático? ¿Los hemos enseñado a cómo reaccionar ante una situación difícil, o los sobreprotegemos de tal manera que cualquier cosa los espanta y los trauma? Bueno, son estadísticas, los números son fríos, pero son una realidad.

El 3 al 15% de las niñas y el 1 al 6% de los niños desarrollan el trastorno de estrés postraumático. Hasta un 30 y 60% de los niños que han sobrevivido a desastres específicos tienen trastornos de estrés postraumático. De acuerdo con el Centro Nacional de Estrés Postraumático, los índices de este trastorno son mucho más altos en niños y adolescentes que están expuestos a las causas de riesgo.

Como siempre, nuestra población vulnerable: los niños y adolescentes. Ahora bien, estamos hablando de una país como EEUU que por lo regular da buenas cifras, buenas estadísticas. Colombia, Perú y en otros países de Centroamérica como Venezuela, hay una crisis de estrés postraumático también, que está afectando a los jóvenes a la población general a causa de la violencia incontenible.

México,  es un país que vive una violencia tal que la gente, podemos decir, vive muchos casos de estrés postraumático, las Clínicas del Seguro Popular, del Seguro Social, están saturadas de pacientes. Se abren nuevos hospitales psiquiátricos, se busca ayuda por todos lados porque la población que sufre trastornos mentales como el estrés postraumático, aumenta cada día en diversos países.

Pero lo más importante que queremos en este programa es ofrecerte ayuda, consejo y esperanza, ya sea para ti, para tu familiar que sufre de estrés postraumático.
 
Yo quisiera terminar con esta reflexión: La Escritura, la Palabra de Dios, también nos ofrece precisamente soluciones, esperanza para el estrés postraumático. Vimos en los aspectos científicos las definiciones de lo que es la salud mental, vimos también cómo afectan los traumas y finalmente empezamos a tratar este tema interesantísimo, el estrés postraumático, la cara oculta de la familia de hoy.

Sin embargo, quiero mencionar que las Escrituras en el Salmo 37 dicen: “Encomienda al Señor tu camino y confía en El, y El hará.” Fíjense bien cómo este encomendar a Dios, a Jesucristo nuestra forma de vida nos lleva a reposar en Él dejando todas nuestras cargas que producen una aflicción diaria, una tensión, o aquellos traumas que nos han afectado.

 Hay muchas personas que pueden testificar el día de hoy cómo han salido de ese túnel oscuro y de ese callejón sin salida, estrés postraumático, etc. Porque Cristo los visitó, porque Cristo los llenó de su amor, de su salvación verdadera, en espíritu, alma y cuerpo y hoy son libres totalmente.

Todos nosotros conocemos el Salmo 23 y hoy estoy abriendo las Sagradas Escrituras precisamente en este Salmo 23 que dice: El Señor es mi pastor, nada me faltará. Note usted lo siguiente: en lugares de delicados pastos me hará descansar.

¿Dónde encontramos real descanso? En Cristo Jesús. ¿Por qué? Porque Él es el Hijo de Dios, porque Él vino a dar su vida para salvar la nuestra, para rescatar nuestras vidas de todo aquello que no le agrada a Dios pero también de aquello que nos afectaba, que nos tenía encadenados al pasado, que nos tenía encadenados a un trastorno mental, a un trastorno de ansiedad, a una falta de salud mental, de modo que hoy vivimos por Él vidas estables con paz, con descanso.

Continúa diciendo el Salmo 23: “Junto a aguas de reposo me pastoreará”, aguas tranquilas. Cuánta intranquilidad sufrimos el día de hoy: que nos roben la casa, el auto, que perdamos el empleo, que nos secuestren a un hijo, que un hijo sufra alguna enfermedad, algún trauma etc.

Vivimos intranquilos y el Señor Jesús nos lleva a reposar precisamente a esas aguas tranquilas, esas aguas que son reflejo de la estabilidad que trae a nuestra vida el Señor Jesús a nuestra mente. “Confortará mi alma”, o sea, mi mente; es decir, nos proveerá el consuelo que necesitamos cada día en nuestras aflicciones, en nuestros dolores, en nuestros porqués: por qué estoy pasando por esta situación, por qué me sucedió a mí, por qué perdí ese ser querido, ese hermano o esa persona que tanto amaba, por qué este accidente, por qué esta situación.

Y bueno, Él consuela nuestra almas, Él tiene la respuesta a esos porqués y no solo la respuesta, Él también nos llena de su amor, un amor que sana, que cura, un amor que realmente estabiliza y trae una paz, un bienestar increíble a nuestras vidas, así es que espero que reflexionemos profundamente en estas palabras.

Le invitamos a escuchar nuestro siguiente programa donde hablaremos la continuación de este tema del estrés postraumático, como la cara oculta de la familia de hoy, en esta serie titulada la familia y la salud mental. Muchas gracias por su atención.
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