El nuevo rostro del crimen juvenil I Parte: Destinados a ser criminales
 

La falta de crianza, factor clave
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Está comprobado también que el mejor medio de detener al niño en su futuro de ser un criminal es la madre que tiene un fuerte apego afectivo a sus hijos. La autoridad del padre y la participación también en la crianza de sus hijos son una gran ayuda para evitar todo tipo de crímenes y violencias en sus hijos. La evidencia científica sugiere que la raíz de la explosión de la delincuencia en Norteamérica y América Latina es la falta de padres y madres que sean responsables en el cuidado de lo hijos que traen al mundo.

Esta pérdida de amor y crianza de los padres que cuidan a sus hijos o que cuidan de la familia, tiene amplias consecuencias sociales para los niños y para la comunidad en general.

Las investigaciones demuestran que los hijos que sufren de un hogar disfuncional tienden a tener una relación de desapego con sus vecinos y con su barrio. Podríamos llamarle a esto comportamientos antisociales tales como cometer crímenes contra sus vecinos, robarles automóviles, estéreos, consumir droga y hacer todo tipo de daño y destrozos a la propiedad de los vecinos, el robar sus casas, los pleitos y los malos ejemplos que van a traer como resultado a los pequeñitos en  esa comunidad o vecindario.

Esto contribuye a la pérdida de respeto a la comunidad y la desintegración en los barrios. ¿Y qué trae como consecuencia? Un caos social y el crimen violento a nuestras comunidades.

Si los legisladores, si los luchadores sociales, si los que nos hemos comprometido a ayudar a las causas sociales, a la familia, a los valores, hemos de hacer frente a las causas profundas a la violencia, tenemos que tratar estos puntos tan importantes. ¿Cuáles?  El desapego de los padres hacia los hijos así como las familias en las que solo el padre o la madre crían a sus hijos.

Estudios recientes de Criminología están en desacuerdo con los pensamientos de los gobiernos como los Estados Unidos de América y `países de Latinoamérica, debido a que muchos legisladores asumen que el alto nivel de la delincuencia en los EEUU de América tiene sus raíces en la situación económica familiar, especialmente las oportunidades de empleo. Sin embargo, otros políticos no pueden comprender las causas profundas de la delincuencia e insisten en considerar la únicamente en relación a la pobreza.

Este punto de vista ciega a los legisladores y a los luchadores sociales, ya que en cuanto al crimen, se ciegan y no se ha entendido que las relaciones familiares y comunitarias basadas en valores como el amor, el respeto y el apego, pueden reducir altamente la futura violencia.

En EE.UU. hace ya 17 años, (estoy hablando de un estudio que se realizó en 1995 por la Fundación  Heritage), se supo que hubo una ley con la intención de controlar la delincuencia violenta y el crimen donde se invirtieron billones de dólares para combatir la pobreza, pensando que ésta era la causa detonante de la delincuencia. (Tradúzcalo usted por favor a su moneda: billones de dólares invertidos en este programa).

Las investigaciones nos dicen que no hay ninguna razón para relacionar que los programas de ayuda a la pobreza tienen algún efecto positivo contra a la delincuencia juvenil, en lo absoluto.

Un senador norteamericano dijo: “Si el dinero que se invierte en combatir la pobreza detuviera el crimen, seriamos el país más seguro del mundo.” Todos sabemos que los EE.UU. es un país hoy con alto grado de violencia y crimen, sin embargo, lo que normalmente se asume como una de las principales causas de la delincuencia son la pobreza y el desempleo.

O sea, ¿qué origina a un criminal, según la mente de los legisladores y políticos? La pobreza y el desempleo. Este argumento es absurdo y si fuera cierto, habría más crímenes en el pasado, cuando la gente era más pobre y aun en las naciones más pobres, los índices de criminalidad serían mayores que en las naciones ricas como los EE.UU., lo cual no es cierto.

No es la pobreza y no es el desempleo, la historia lo indica. En EEUU de Norteamérica durante un largo período de crecimiento económico real que fue de 1905 a 1933 aumentó gradualmente la tasa de criminalidad. Sin embargo cuando  ocurrió  la gran Depresión económica en los EEUU y cayeron los ingresos, la tasa de delincuencia también se redujo.

En los años 1965 a 1974 entre esos años en los EEUU hubo un aumento de la criminalidad, fíjese usted, cuando los ingresos aumentaron en forma constante y regular aumentó la criminalidad. Más recientemente durante la recesión de 1982 se produjo un ligero descenso en el crimen, no un aumento.

La tasa de criminalidad en otras comunidades también no muestra ninguna relación entre los bajos ingresos y la delincuencia.

Continuando con este estudio que se realizó en los EEUU y que nos da una idea bastante buena acerca de la relación que existe entre el crimen y la prosperidad económica, en San Francisco en los EEUU, en la década de 1960 por ejemplo, las familias que tenían el ingreso más bajo no fueron responsables de ningún delito, solo 5 miembros de estas familias estaban entonces en prisión. Estas son estadísticas realizadas por investigaciones del Dr. Patrick Fagan de los EUA.

¿Cómo se desarrolla la conducta criminal?
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©