El más desaparecido: el hábito de la lectura III Parte: La lectura en el hogar
 

Educando a un pequeño lector
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Educar a un lector, sobre todo si es te pequeño hijo que va a aprender a leer, no tiene que costar mucho dinero. Existen bibliotecas… en tu localidad debe de haber alguna. Para obtener nuevo material de lectura en tu casa, también puedes visitar tiendas donde venden libros usados o intercambiar libros con otros padres, y de esta forma disminuyes el costo de esos libros.

No reduzcas el material de lectura solo a los libros, recuerda que los niños también pueden disfrutar las revistas para niños, audio libros, postales de familiares, álbumes de fotos o recortes periódicos, cómicos e incluso del internet.

Insistimos: ¡Toma sólo un minuto el hacer la diferencia!

  • Ten el material de lectura siempre al alcance. Guarda los libros con otros juguetes para facilitar la exploración por parte de tus hijos. Hay algunos países que ya están haciendo libros de plástico que se pueden meter a la bañera. Guarda varios libros cerca de sofás y asientos cómodos donde la familia se suela acurrucar para que tus hijos los puedan leer después de comer o de hacer la siesta.
  • Debes crear un lugar especial para la lectura. Cuando tus hijos crezcan, guarda libros y revistas adecuadas para su edad en estantes que estén  distribuidos en los lugares que más frecuentan en la casa, así creas un lugar especial para la lectura. Por ejemplo, haces que los estantes resulten atractivos, limpios y que los niños o jóvenes frecuenten más esos estantes, organízalos, coloca algunos libros con las cubiertas hacia afuera para que sean más fáciles de ver.

En una esquina acogedora puedes poner libros para leer y animar a tus hijos a utilizar esos libros, estableciendo un período de tiempo para leer.

  • Guarda los libros caros, frágiles o que tengan un valor sentimental en los estantes superiores donde solo alcancen los adultos, para que así solo tú los puedas coger y leas esos libros con tus hijos. Muchos libros terminarán pegajosos o sucios, en otras palabras, serán de los más apreciados por tus hijos. Es increíble, pero a veces un buen libro se usa, se vuelve a usar y se puede rayar.

En una ocasión platicaba con un amigo mío acerca del hábito de la lectura en el hogar y me decía que él dejaba sus libros profesionales en diferentes lugares de la casa y sus niños empezaban a jugar con las páginas en blanco de esos libros, dibujaban, rayaban, etc. Entonces él decidió comprar unos libros para la edad de sus hijos y así los hijos volvían a hacer dibujos, rayaban los libros, los manoseaban pero se iban familiarizando con el libro hasta que llegaban a utilizar otros libros en grados escolares más avanzados. ¿No es increíble?

¡Un hábito agradable!
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