El más desaparecido: el hábito de la lectura III Parte: La lectura en el hogar
 

Padres y maestros deben motivar la lectura
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hoy hablaremos de la lectura en el hogar. ¿Qué significa que los padres trabajen en conjunto con las instituciones educativas para impulsar hacia adelante a sus hijos para desarrollar una mejor lectura, dicción y vocabulario? Que el resultado en los niños será exitoso.

Comenzamos este tema con un ejemplo muy sencillo sobre una familia hispana que vino del extranjero a radicar en México. Pareciera algo cómico lo que vamos a comentar, pero sin embargo es algo que existe en la vida real y es importante hacerlo resaltar: la problemática en el hogar.

Por la mañana en la casa de la familia González, antes de ir a la escuela, la mamá le pregunta a Roberto:
- ¿Pasa algo Roberto?
Contesta su hermano menor:
-Le tiene miedo a su maestra, es cobarde.
-No lo soy mamá -dice Roberto- dile que se detenga, me duele el estómago, ¿puedo quedarme en casa hoy?
-Roberto… -dice la mamá- tienes buena apariencia y no tienes fiebre, ¿por qué no comes unas galletas saladas? Te harán sentir mejor, no quiero que faltes a la escuela a menos que sea inevitable, recuerda lo que dijo tu maestra, que los exámenes estatales comenzarán en pocas semanas.
-Ya lo sé, está bien, dame las galletas.
-Aquí tienes. Ponlas con el resto de tu almuerzo, ahora terminemos de prepararnos, papá los acompañará a la escuela el día de hoy, ¡que tengan buen día!
-Bien. Gracias mamá, hasta pronto.

Momentos más tarde, toma el teléfono la madre de Roberto:

-Hola maestra Cortez, habla Celia González, la mamá de Roberto, ¿tiene tiempo para que conversemos?
-Hola señora González, los niños están en la clase de música ahora, así que tengo como 20 minutos hasta que vuelvan, ¿en qué puedo ayudarla?
-Quería averiguar si está pasando algo en la clase, que pueda hacer sentir mal a Roberto, pues ha estado teniendo dolores de estómago…  pero no creo que esté realmente enfermo.
-¿Sabe, señora González? Me alegra que haya llamado, yo también he notado que Roberto no es el mismo de siempre, ¿por qué no viene a la escuela mañana, antes del horario de clases para que podamos hablar de eso?
-Ay, eso sería bueno, gracias maestra Cortez, nos vemos mañana por la mañana.

Al día siguiente en la escuela:

-Buenos días señora González, muchas gracias por venir.
-Buenos días maestra Cortez, es bueno volver a verla. ¿Está todo bien con Roberto en clase?
-Pues… en general Roberto se está desempeñando bien, sin embargo tiene algunos problemas en dos áreas.
-¿Cuáles son?
-He observado que tiene un poco de dificultad con la lectura en Español, tampoco está participando en unas de nuestras actividades de la clase, creo que estos problemas pudieran estar relacionados. ¿Usted qué piensa señora González?
-Caray, Roberto nunca dijo nada sobre esto, ¿puede decirme específicamente cuál es su problema con la lectura y cómo puedo ayudarlo en casa?
-Aunque nunca le he pedido a Roberto que lea en voz alta en la clase, creo que tiene miedo de participar, es posible que le preocupe que sus amigos se rían de él cuando pronuncia incorrectamente algunas palabras en Español.
-¡Ah, no tenía idea de que eso pasaba! Roberto generalmente es muy seguro, a Roberto siempre le iba bien en la lectura el año pasado, pero maestra Cortez, usted sabe que ni yo misma hablo muy bien el Español, ¿hay algo que yo pudiera hacer para ayudarle?

La maestra le contesta a la señora González:

-El segundo problema puede ser que él no entienda realmente lo que estamos leyendo en la clase de español, ¡Desde luego que puede ayudar a Roberto a aprender palabras nuevas en español! Tengo algunas sugerencias y actividades, permítame hacerle una lista.-

  1. Poner al alcance de toda la familia libros, revistas y otros materiales de lectura en español.

  2. Jugar juegos de palabras que rimen en el idioma español, utilizando las palabras de varias sílabas para hacer que sea más desafiante para los alumnos mayores.

  3. Comparar los sonidos entre las diferentes pronunciaciones.

  4. Crear un tiempo de lectura familiar, en el que los miembros de la familia lean en silencio o se lean entre sí en español, durante 15 a 30 minutos por día.

  5. Aumentar el vocabulario académico en español alentando a sus niños a que seleccionen una palabra del día en el diccionario, en sus libros de texto.

-¿En serio? Contesta la señora González -¿Y cómo puedo lograr todo esto? Me gusta la actividad de comparar los sonidos, voy a probarla con mis hijos. Le aseguro que esta tarde quizás yo también pueda aprender algunas palabras nuevas, me encantará.

-¡Estupendo! Hágame saber cómo le fue, dice la maestra.

-Maestra Cortez, muchas gracias por su tiempo. ¿Puedo venir a verla en unos días, para que pueda aprender más formas de ayudar a Roberto con su lectura en casa?

-Eso sería maravilloso, me gustaría que viniera a mi clase, que escuche nuestras lecciones de lectura, de esa forma usted también puede ver lo que hacemos y esto le dará algunas ideas de lo que puede hacer en el hogar cuando lee con sus hijos.

-Con gusto, por aquí nos veremos nuevamente. ¡Hasta pronto!”.

En este ejemplo, vemos algo: hubo una interacción entre la mamá de Roberto y la maestra Cortez. De esta manera las sugerencias que finalmente brindó la profesora ayudaron mucho a su madre posteriormente para que en la práctica diaria, pudieran juntos repetir palabras con las cuales Roberto tenía problemas de pronunciación. Finalmente todos aprendieron: Roberto, su hermano menor y la mamá.

Trabajando desde casa
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