La formación del carácter de los niños II Parte: Sus pasiones
 

Cómo someter las pasiones: La ira
 

Por: Profr. Roberto Durán

La ira es una pasión que está dentro de nosotros, que estalla y nos es prácticamente imposible someterla. Pero no es imposible, someterla es algo perfectamente posible.

Se hizo un experimento con un hombre para medir el control de las pasiones. Esta persona no sabía sobre el experimento. Estaba buscando un empleo y le dieron una cita para el empleo como parte del experimento.

¿En qué consistía el experimento? Hacían esperar a este hombre largas horas y ponían a prueba su paciencia. Para colmo llega un hombre azotando la puerta y le dice: “¿es usted el que está buscando el empleo? Pues por su sola apariencia usted no califica para nada y la verdad es que tan sólo de verlo usted produce un sentimiento desagradable.”

Se sale el hombre y azota la puerta. La persona que estaba esperando comienza a sentir la ira. En eso entra otra persona y le dice: “oye, ¿viste a ese tipo que acaba de entrar? Está en la compañía y ya nos tiene harto, ya nos fastidió, es un neurótico, loco y agresivo. Seguramente te hizo sentir mal”. Y entonces la ira empezó a subir porque esas palabras le dieron fuerza a su pasión, tuvo el deseo de golpear aquel hombre.

Después llegó otro hombre más agresivo que lo empujó y le dijo: “yo vengo aquí a pedir trabajo,  pero usted me está haciendo la competencia”. Entonces siente que ya no puede controlar su ira. En eso entra una mujer con voz apacible y tranquila y le dice: “he estado leyendo el currículum de esta persona, platiqué con ella, perdónelo tiene problemas familiares, se le acaba de morir un hijo, está en la bancarrota, estar en una situación así es muy difícil”.

El hombre que estaba experimentando sus pasiones, se le aquietaron, porque le dieron razones, su mente gobernó sobre su pasión. La razón triunfó en este momento.

A través de este ejemplo, nos damos cuenta que cualquier pasión es perfectamente gobernable cuando se ejercitan la razón y los argumentos.

A continuación mencionaré algunos ejemplos de diversas pasiones y sentimientos:

  • LA IRA   Cuántas personas se divorcian porque un día se pelearon y no se perdonaron,  personas  que en los pleitos familiares están diciéndose palabras hirientes, ofendiéndose, lastimándose, no entendiendo que la ira produce ira y que esa ira luego se va a un tono más alto y se transforma en amargura y  se vuelve un verdadero infierno la condición en el hogar.

Cuando alguien es motivado por celos o codicias, comienza su lengua a ser llevada a hablar mal de otra persona, a calumniarla. Las pasiones en cualquier área, son terribles cuando no se les gobierna.

  • EL DESEO SEXUAL  Cuántas relaciones extramaritales no se dan “porque un día alguien experimentó el placer de estar con la otra persona”. En muchas escuelas la filosofía es “si tienes deseo de hacer algo, hazlo, si te agrada, hazlo”. Pero en lugar de ayudar a los jóvenes a que su razón gobierne, a los jóvenes se les motiva a que den rienda suelta a sus pasiones.

Es triste ver que las campañas que se dan para la prevención de enfermedades sexuales  como el sida, no es la abstención, sino es usar un preservativo, nunca el abstenerse como solución.

¿Por qué razón? Porque estamos en un mundo en el cual los sentimientos y la pasión gobiernan. Y cuando esto está a flor de piel se vuelve incontrolable y la persona comienza a hacer cosas totalmente irracionales.

Por ejemplo;  una persona que adultera, traiciona a su esposa y a su familia por tener una relación fuera del matrimonio, es un acto irracional. Cómo cambian todo el beneficio de la familia por 10 ó 15 minutos de placer, es algo totalmente irracional. Pero la pasión gobierna sobre la razón.
 

  • TOMAR DECISIONES BASADAS EN SENTIMIENTOS   Un padre de familia tenía grandes problemas con su hijo adolescente. El hijo estaba consumiendo droga, no trabajaba, era irresponsable, la familia lo estaba manteniendo.

En una ocasión el padre decidió decirle de una forma seria a su hijo: “hijo tú necesitas trabajar, ser responsable en la vida y hacer las cosas como un hombre”. E inmediatamente le pidió por favor que abandonara su casa, que trabajara y se formara y entonces sí, con esa actitud sería recibido en la casa.

La esposa amaba mucho a su hijo y lloró profundamente. Y esta mujer, motivada por los sentimientos, habló con su hijo aparte y le dijo: “hijo, tu padre es duro pero yo te voy a ayudar, yo te amo hijo”. Y comenzó a darle dinero al joven, durante mucho tiempo estuvo sustentándolo económicamente para que fuera del hogar tuviera todo lo necesario.

Lo que esta madre no sabía era que esos sentimientos la llevaron a tomar una mala decisión. Primero le estaba diciendo que ella sí lo amaba, entonces su padre no lo amaba, ya le estaba diciendo que aquella persona que busca su bien y que quiere que sea trabajador no lo ama. Pero ella como sí lo ama le daba dinero.

¿Qué hacía con el dinero el joven? Compraba droga, comenzaba a tener más vicios y sobre todo la flojera, por cuanto no se esforzaba para salir adelante en sus necesidades, las consecuencias de una mala decisión.

Los sentimientos, la razón y el afecto
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