Triunfando sobre las dificultades II
 

Movamos la montaña
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Dios quiere que nosotros estemos dispuestos a entender que él en muchas de las ocasiones con aquellos que son sus hijos verdaderos va a tratar como un padre con su hijo.

Yo quisiera hoy leer un pasaje de la Escritura que estoy seguro que a todos nosotros nos va edificar, como siempre en nuestros programas queremos la aplicación del texto sagrado y en este pasaje es un padre de familia el que enfrenta una dificultad terrible, en este pasaje es un padre de familia cuya hija está enferma de muerte, de pronto él se entera que Jesús el Hijo de Dios, el Salvador del mundo viene al pueblo donde él vive y va a la orilla del mar a recibirlo con su petición: Mi hija está muriendo, ven y sánala.

Escuchemos estas palabras, que son palabras de vida eterna Lucas capítulo 8 versículo 40 dice:

“Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo porque todos le esperaban, entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús le rogaba que entrase en su casa porque tenía una hija única como de 12 años que se estaba muriendo y mientras iba la multitud lo oprimía”.

Aquí vemos que tenía una hija única, 12 años de edad, se estaba muriendo, este era el problema, el obstáculo que estaba enfrentando ¿Quién? Jairo, quiero que enfoquemos nuestra mirada al problema, no era fácil, era su única hija, no tenía más, 12 años de edad, una adolescente se estaba muriendo, en el versículo 49, dice:

“Estaba hablando aún Jesús cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga (Jairo) a decirle; Jairo tu hija ha muerto, no molestes más al maestro, oyéndolo Jesús le respondió: No temas, cree solamente y será salva. Entrando en la casa no dejó entrar a nadie consigo sino a Pedro, a Jacobo y a Juan y al padre y a la madre de la niña y lloraban todos y hacían lamentación por ella, pero él dijo: No lloréis, no está muerta, sino que duerme”.

Yo quisiera examinar un padre de familia llamado Jairo, tenía su trabajo en la ciudad, un hombre respetable, sin embargo el problema superaba su capacidad de resolverlo, el problema era una hija que moría, una adolescente.

¿Qué fue lo que hizo?

Lo que debemos hacer todos nosotros, lo primero que hizo fue ir a Jesús, Jesús el Hijo de Dios el Todopoderoso para resolver aún los problemas que son imposibles de resolver para nosotros los seres humanos, segundo le presentó su problema, vino y le dijo que entrase en su casa para que sanara a su hija, lo segundo que aprendemos también nosotros es; aprendamos a presentarle a Dios nuestros problemas, todo lo que pidiéramos al Padre en el nombre de Cristo Jesús será hecho, de tal manera que una vez que le presentamos el problema, entonces si tenemos confianza en Dios, va a obrar Dios.

Dice que aún hablaba Jesús cuando vino uno de casa del principal; de Jairo y le dijo: Tu hija ha muerto, no molestes más al maestro.

Bueno ahora el problema se hizo mayor, primero estaba muriendo, había esperanza de vida, en otras palabras, Jairo el padre esperaba que su hija pudiera vivir porque estaba viva, estaba enferma, pero estaba viva, pero el golpe ahora era terrible, el golpe fue mucho más allá de lo que Jairo podía soportar, le dicen tu hija murió, mire el dolor de la muerte de un ser querido, solamente sabe lo que se siente, el que lo ha sufrido.

“No temas”
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