Triunfando sobre las dificultades II
 

Despejando la neblina
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El día de hoy quiero decirte que la vida no es fácil, parece fácil, no es sencilla, trae dolor, trae problemas, trae aflicciones y nos preguntamos a nosotros mismos ¿Por qué nos suceden las cosas? ¿Por qué sufren los hombres buenos? ¿Por qué sufren los hombres malos? ¿Por qué sufren las amas de casa? ¿Por qué sufren los pobres? ¿Por qué sufren los ricos? ¿Por qué sufren los seres humanos?

Aprendamos a identificar los problemas, porque cuando no identificamos la fuente del problema,  no podemos traer solución y una de las cosas más prácticas para enfrentar los problemas es Actuar, si nos quedamos paralizados en el temor de la dificultad que enfrentamos o si nos quedamos pensativos, meditabundos y deprimidos; eso sólo empeorará nuestra situación.

Por lo tanto hay que actuar, hay que identificar el problema y hay que entender que una vez identificado el problema, lo atacamos de frente con valor, con dignidad, cualquiera que sea, si no hacemos esto, lo único que haremos es ir acumulando muchas preocupaciones en nuestra mente y eso nos llevará a la ansiedad, nos llevará a tener un cúmulo de sentimientos adversos dentro de nosotros, que muchas veces no podremos controlar.

Hay problemas también que vienen repentinamente, sin esperarlos, esa clase de problemas comunes que solemos enfrentar, aquellos que vienen como una cachetada en la cara sin esperarlos, sin anunciarse, esos para los cuales no estamos preparados ni siquiera para darle la bienvenida, sin embargo ahí están, y estamos luchando con esos problemas, a veces son la muerte de un ser querido, a veces es un accidente de tráfico que lesiona a un familiar, a veces es un problema financiero que nos lleva a una quiebra económica repentina, a veces es un problema de salud que descubre el médico el fin de semana y nos enteramos que tenemos un cáncer, ¡Imagínese usted, no lo esperábamos! Problemas que estaban por ahí, que solamente esperaban, manifestarse en nuestras vidas cuando menos los esperábamos.

La pregunta sería ¿Podemos sacarle beneficio a los problemas, a las aflicciones, a las dificultades? Muchísimos sociólogos, psicólogos, médicos, psiquiatras, teólogos, ministros de culto, están de acuerdo en que sí es posible definitivamente sacarle provecho a las aflicciones, a los problemas.

Muchos de nosotros hemos sido testigos, hemos leído, de hombres que se han sobrepuesto a dificultades enormes y han triunfado, desde paralíticos, hombres que han perdido una pierna y han corrido maratones con una sola pierna, claro maratones de personas incapacitadas o discapacitadas, pero que han dejado asombrado al mundo con su capacidad física, con su enorme entrega, sacrificio.

Hemos visto hombres ciegos ser de los mejores pintores o músicos; hemos visto hombres superarse en diferentes áreas a través de incapacidades físicas ¿No es maravilloso que sí se puede sacar beneficio de los problemas, o poderlos superar y vivir con ellos? Claro que sí. Con mayor razón aquellos que tienen una fe fundada en las Sagradas Escrituras saben que todo ayuda para bien a los que aman a Dios y que somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó.

Algo que es importante al enfrentar un problema es cómo voy a responder ante esa dificultad y es precisamente nuestra respuesta la que revela la parte interior de nuestro carácter, ¿Qué quiero decir con esto? El problema es como un sacudimiento que hace que se derrame lo que está adentro de nosotros.

Imagínese un vaso que está en la mesa y que de pronto esa mesa se mueve y se derrama el contenido del vaso a causa del movimiento, si es leche, se sabe que es un vaso de leche, si es café lo que se derrama es café, igualmente cuando hay problemas en nuestras vidas, somos sacudidos, somos afligidos por los problemas y sale lo que está adentro de nosotros; iras, contiendas, odios, incredulidades etc.

Cuando todo marcha bien, tenemos palabras alegres, palabras cordiales, tenemos hasta el buen humor de contar chistes, pero cuando todo anda mal, tenemos amarguras, pleitos, nos quejamos, culpamos a otros, odiamos, guardamos rencores, buscamos quién es el culpable de nuestro problema, etc.

Entendiendo el sufrimiento
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