Triunfando sobre las dificultades I
 

Aprendamos a aceptar la naturaleza
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Aceptemos las leyes de la naturaleza; les daré un ejemplo: un cambio en la dirección del viento o el movimiento de una placa tectónica pueden ocasionar que un huracán o terremoto se dirija hacia un área poblada, en lugar de hacerlo hacia una franja de tierra deshabitada.

Un repentino cambio en las pautas del clima puede influir en las precipitaciones de un área cultivable determinada, perdiéndose así la cosecha de todo un año. Un conductor ebrio guía a su automóvil hacia el centro de la autopista y choca contra otro automóvil gris, en lugar de hacerlo contra uno rojo que se encuentra hacia unos metros más lejos.

Un tornillo del motor del vuelo 205 del avión y no del avión 209, se rompe afectando a un grupo de familias y no a otro.

En todo esto no hay ningún mensaje oculto, no existe ningún motivo para que cierta gente en particular sea afectada. Estos hechos no reflejan decisiones divinas tampoco. Suceden por el caos del universo. En otras palabras, Dios hizo todas las cosas muy bien hechas, las hizo perfectas. Dios no se equivocó, sale el sol y se pone en su momento, igualmente la luna.

Vemos que el mal uso o la mala utilización de los recursos naturales es una ley que se rompe y trae como consecuencia hambre y sed.

El mundo se está tornando cada vez más difícil de predecir. En otras palabras, no sabemos cuántas guerras más vengan. El mundo está sufriendo hambre. Plagas, neumonías cuyo origen se desconoce afectan la vida de cientos de personas que mueren. África es un cementerio del hombre ya que ahí se fabrican  los virus como el ébola y otros más y de ahí también se originó el SIDA, que está ocasionando millones de muertos al año.

Entonces vemos que es difícil entender los fenómenos meteorológicos naturales, plagas pestes y demás, en otras palabras no se espera un panorama mucho mejor para el futuro. Preparémonos, Dios nos ha dado un mundo maravilloso, preciso, ordenado, que debe su perfección a las leyes de la naturaleza.

Tomemos el ejemplo de la Ley de la gravedad, en la cual los objetos pesados siempre caen en dirección a la tierra de modo que un albañil puede construir una casa sin que se le vuelen los materiales.

Tenemos también la Química, mezclando ciertos elementos en las proporciones correctas, obtenemos siempre los mismos resultados, así un médico puede recetar un medicamento sabiendo con anticipación que el resultado será bueno.

Además podemos pronosticar el amanecer o atardecer de un determinado día, y hasta podemos saber con exactitud cuando la luna bloquea ciertas áreas del sol, causando un eclipse. Para la gente de la antigüedad, un eclipse representaba un hecho sobrenatural que interpretaban como una advertencia enviada por Dios. Hoy en día, para nosotros, representa un hecho perfectamente natural que nos recuerda la precisión del universo que Dios nos ha dado.

El cuerpo humano constituye un milagro, no porque desafía las leyes de la naturaleza, sino precisamente porque las obedece.

Simplemente veamos nuestro aparato digestivo, extrae sustancias nutritivas de la comida; la piel nos ayuda a regular la temperatura del cuerpo por medio de la traspiración; las pupilas de nuestros ojos se expanden y se contraen, respondiendo a la luz; inclusive cuando nos enfermamos,  nuestro cuerpo posee mecanismos de defensa que luchan contra la enfermedad; todas estas cosas maravillosas ocurren generalmente de que seamos conscientes de acuerdo con las más precisas leyes de la naturaleza.

Veamos tres ejemplos de las leyes de la naturaleza:

  1. Un terreno en el cual, para hacer cultivado, es quemado. Todos sabemos que quemar un terreno, le roba sus propiedades nutritivas a la tierra y por los tanto no podemos esperar una buena cosecha.
  2. Un cuerpo que abusa en el consumo de azúcar, genera una enfermedad llamada diabetes.
  3. Un accidente causado por un conductor ebrio.

Entonces, ¿de dónde se origina el sufrimiento?, Dios no es culpable de lo que nosotros vivimos el día de hoy, el hizo al hombre perfecto, el problema es cuando nosotros alteramos las leyes que Él ha puesto, es entonces cuando vienen las consecuencias.

Si no respetamos la Ley de la gravedad, por ejemplo, podemos caer de una ventana o de una montaña y matarnos. Las leyes de la naturaleza nos tratan a todos de la misma manera, no exceptúan a la gente útil o simpática, al rico o al bueno.

Haciendo frente al sufrimiento
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