Violencia Familiar: Heridas que destruyen el Hogar
 

Personajes involucrados en la violencia familiar
 

Por: Profr. José Rodríguez

Siempre que hay violencia familiar, observamos que están involucrados tres personajes: el agresor y la víctima, en todos los casos; y en la mayoría, existen también los testigos.  

  • EL AGRESOR. Como su nombre dice, es el que comete la agresión, es la persona que abusa contra otro. Generalmente los varones ejercen una mayor violencia contra las mujeres, pero también hay mujeres que ejercen cierta violencia contra los niños, los adolescentes, los ancianos que cuidan, y en ocasiones también contra los varones.
  • LA VÍCTIMA. Es quien recibe la violencia o maltrato que está recibiendo de parte del agresor, entonces, repito,   la víctima es la que recibe la violencia, el maltrato o la injusticia.
  • LOS TESTIGOS. En muchas ocasiones hay testigos. ¿Quién es un testigo? Es aquella persona que se da cuenta del maltrato porque está muy cercana a los otros personajes –el agresor y/o la víctima-. El testigo observa los acontecimientos violentos que se producen en el seno familiar. Los testigos adultos tienen un papel importante, porque en muchos casos  intervienen para bien, en defensa de la víctima; pero lamentablemente y no en pocos casos, también suelen representar un obstáculo, cuando actúan de una forma pasiva, tolerando la injusticia en sus propios hogares, y entonces se convierten en cómplices de las agresiones.

Pasemos ahora a explicar cómo identificar una relación violenta o cómo saber si hay violencia en alguna relación familiar:

La relación violenta es aquella que, lejos de estar fundamentada en amor familiar, más bien está basada en el hecho de ejercer poder o control sobre la víctima.

De este modo, el agresor ejerce principalmente tres actividades para dominar esa relación:

1. Primeramente la manipulación o chantaje emocional o sea, donde culpa siempre a la víctima de la agresión. Le dice palabras como “tú tienes la culpa de que yo te golpee”, “tú tienes la culpa de que yo te hable así”, “yo no quería hacerlo, pero tú me obligaste, porque tú eres una mujer mala…”, etc.

Además de esa manipulación, genera un chantaje a través de la culpabilidad que hace sentir a su víctima, por lo que suelen decir algo así: “Lo hice porque tú me provocaste y si no me obedecías me ibas a lastimar mucho…” De esta manera manipulan o chantajean constantemente a su víctima, manteniéndola dominada.

2. El aislamiento de la víctima, es decir, procura mantener aislada a la víctima de las demás personas para que no platique con nadie, para que no tenga amistades que la puedan ayudar, para que no  muestre sus heridas ni se desahogue al hablar del problema que está sucediendo en casa.

3. La humillación. El tercer acto que ejecuta el agresor para dominar a su víctima, es que la humilla de una forma tan hiriente, que hace que se sienta mal, la hace sentir sin valor… y esto poco a poco va destrozando moralmente a la persona, porque baja su autoestima y empieza a perder su sentido de dignidad y respeto propios, por lo cual, deja que las humillaciones que recibe, sean cada vez más duras y más frecuentes.

Fases del círculo imparable de violencia
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