Por: Profr. José Rodríguez

La violencia familiar es una serie de comportamientos abusivos que comete un miembro de la familia a otro. Esto es en realidad un problema profundo y muy serio, que está causando estragos en la familia.

La violencia intrafamiliar se produce dentro del seno de la familia y se manifiesta en episodios recurrentes, repetitivos. La violencia consiste en agresiones que tienen por objeto ejercer dominio dentro de la familia. En muchos hogares, las principales víctimas son las mujeres; son ellas quienes sufren constantes agresiones por parte de su pareja, quien recurre al maltrato para mantenerlas dominadas. Veamos algunas estadísticas.

• En América Latina la violencia entre las mujeres entre 15 y 34 años de edad se ha agudizado.

• Entre un 30 y un 45% de las mujeres han sido objeto de violencia, ya sea violencia física,  sexual o violencia sicológica.

• Este índice se sitúa en el 41% en Colombia, el 28% en Nicaragua, el 41% en Perú, el 27% en Haití, el 22% en la República Dominicana y el 40% en Chile.

• En los EEUU de Norteamérica una mujer es golpeada por un hombre cada tres segundos.

• En el Estado de Óregon, los servicios de crisis reciben más  de 50, 000 llamadas de emergencia y más de 37 000 llamadas sin emergencia de sobrevivientes de la violencia doméstica cada año. Este es un dato que nos da el Centro de Atención para la Mujer en crisis de los Estados Unidos de Norteamérica.

• Las mujeres representan más del 85 % de la violencia doméstica, o sea, 4.8 millones de mujeres son víctimas de abuso físico o de violación.

¿Cuáles son los 5 tipos de violencia que pueden surgir dentro del hogar?

En primer lugar, la violencia física. Como su nombre lo indica, el agresor utiliza la fuerza física e incluye golpes, empujones, escupitajos, cachetadas, puntapiés, aventar y golpear con cosas, levantar la mano en señal de amenaza, ahorcamientos, quemaduras, homicidios, y lesiones, las cuales pueden ser (dependiendo del impacto) leves y moderadas, éstas últimas son las que se notan, como por ejemplo se observa el moretón, una quemadura, una cortadura, etc.

También hay lesiones severas, en las cuales se requiere hospitalización o atención médica especializada.

En segundo lugar encontramos la violencia verbal. Ésta como ya lo comenté, es la más común y consiste en utilizar palabras hirientes, palabras humillantes, también se utilizan gritos, maldiciones o burlas, groserías, etc.

Importante es decir que en toda forma de violencia, sea física, verbal, sexual o psicológica, encontramos la manipulación de la víctima, con la cual se le causa un daño constante pues consiste en utilizar ciertos factores que causan presión a la víctima, para que actúe de cierta manera según quiera el agresor.

El tercer tipo de violencia es la violencia psicológica, en la cual se manipula sicológicamente a la víctima e incluye el rechazo, la discriminación, las burlas, la exclusión, el menosprecio con acciones y palabras, afectando emocionalmente a la víctima.

Encontramos también un cuarto tipo de violencia, que es la violencia por omisión o negligencia; y ésta ocurre cuando la persona que tiene a otra bajo su cargo, abandona su responsabilidad y no provee económicamente para esa persona que depende de él o ella, de modo que no suple la necesidad de comida, ropa, medicinas o estudios. Este tipo de violencia también incluye la falta de cuidados a los adultos mayores, falta de cuidados a los enfermos y discapacitados, y bebés; en otras  palabras, hay violencia o maltrato cuando no se suple lo necesario a la familia.

Finalmente mencionaremos la violencia sexual, la cual vemos en casos donde hay abuso sexual, violaciones, tocamientos impuros, acoso sexual, exposición de órganos sexuales, obligar a ver y/o hacer pornografía, y forzar o manipular sexualmente a un miembro de la familia.

Son cinco tipos de violencia que están afectando gravemente a muchas familias.

Es importante que vayamos entendiendo en qué consiste la violencia, para poder identificar si hay violencia dentro de nuestros hogares o en nuestras relaciones familiares, y reconocer si hay víctimas o agresores en nuestras familias.