Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

En el capítulo anterior vimos que en México y otros países latinoamericanos estamos utilizando la basura desechada por los países del primer mundo sobre educación sexual, la cual ha demostrado ser un fracaso total debido al alarmante incremento de embarazos y enfermedades de transmisión sexual en adolescentes.

Vimos también que el “mito” del condón como preservativo resulta ser bastante defectuoso y hablamos, además, de los efectos que produce la “educación sexual”.

No estamos diciendo que no sea correcto enseñar la sexualidad a nuestros hijos, sino que hay maneras correctas de enseñarla y que los padres somos los primeros responsables en esto, y si no sabemos, debemos prepararnos.
   
No debemos evitar pensar en esto, más bien, hay que seguir hacia delante en la enseñanza y educación sexual, pero en el seno familiar, con maestros preparados y líderes espirituales que tengan el conocimiento acertado para orientar a nuestros jóvenes.

En un reciente artículo de un prestigiado periódico en México se leen estas palabras:

“A pesar del impulso de la educación sexual en primaria y secundaria, la tendencia de los embarazos juveniles sigue en aumento”, advirtió Silvia Ortega, subsecretaria de Servicios Educativos para el Distrito Federal, de la Secretaría de Educación Pública. Continúa diciendo: “Se ha elevado el embarazo adolescente, no se ha contenido, sigue la tendencia a la alza, cosa que es muy sorprendente”.

Pues no hay mucho de qué sorprenderse ya que, desde la revolución sexual de los 60’s hasta la educación sexual en las escuelas, se ha demostrado en los países del primer mundo que esto ha sido un total fracaso y que lo único que ha producido es un incremento en los embarazos adolescentes y en la transmisión de enfermedades venéreas.

Aquí en México, estamos utilizando la basura que no sirvió en otros países y colocándola en nuestros libros. Y para muestra, transcribimos sólo algunos de los contenidos de los nuevos libros de secundaria “Competencias Científicas I”, de Editorial Norma y “Ciencias 1 Biología”, Editorial Castillo:

"Los condones se venden en cualquier farmacia o supermercado, e incluso en muchas misceláneas; además de que son relativamente baratos y simples de usar...".

"No existe una edad para iniciar la actividad sexual. Muchas veces no se planea, es algo que ocurre de manera espontánea, al estar con la pareja".

"Algunos individuos no muestran mayor preferencia por alguno de los dos sexos y pueden elegir compañeros de su mismo o de otro sexo, es decir, tienen una orientación bisexual".     

Estos son los libros que van a leer nuestros hijos, van a aprender deficiencias, errores y falsedades científicas.

¡Esto no se vale! Estamos utilizando lo desechado por otros países, cuando deberíamos mejor estar promoviendo la abstinencia sexual tal como la experiencia lo dice.

Es necesario distinguir varias cosas, en primer lugar nos preguntamos si esa “educación sexual” se refiere a lo principal de la formación familiar o tan sólo tiene qué ver con lo que el individuo quiere.

Recordemos que la teoría individualista dice que cada uno puede hacer lo que le dé la gana siempre y que no perjudique a terceros. Esta teoría olvida dos elementos:

1) la relación entre dos personas, que implica correspondencia de derechos y deberes y
2) la unión.

Si se olvida que la relación es entre dos personas, la voluntad se convierte en absorbente y perjudica al otro; esto es puro poder. Si se olvida la unión, se convierte al otro en instrumento y eso también es puro poder.