El gran ausente en el hogar: El Amor - I Parte
 

El desarrollo del cerebro en la edad adolescente
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

En los Estados Unidos de Norteamérica, en la Universidad de Virginia, el director del Centro del Desarrollo del Cerebro en el Niño y Adolescente declaró lo siguiente:

“Aunque los muchachos se ven maduros físicamente a los 14 ó 15 años de edad, su cerebro a penas está en desarrollo en algunas áreas como el sistema límbico o el sistema frontal.”

El sistema límbico tiene que ver con las emociones y el sistema frontal con la toma de decisiones y la racionalidad. Tu creías antiguamente que el muchacho estaba desarrollado por medir 1.80m o por tomarse 4 litros de leche al día y pasar todo el día en los deportes, oyendo música o en su cuarto, pero te equivocas, las investigaciones recientes dicen que a su cerebro le falta tiempo y necesitará una relación de afecto de parte de sus padres para que madure y aprenda a tomar decisiones.

Este mismo Centro descubrió que muchas de las neuronas para poderse madurar necesitan el afecto y el amor. ¿Tú pensabas que era en automático que tus hijos obedecerían? No. ¿O por tener tú una religión o leer las sagradas escrituras? No. Tienes que instruir al niño en su camino.

Todos los anteriores descubrimientos son maravillosos, pero ya los había anunciado Dios hace casi 3,000 años atrás. Dios se adelantó a la ciencia, cuando dijo: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6

El amor es importantísimo para que el cerebro del niño y del adolescente se pueda desarrollar adecuadamente.

Una de las maneras más básicas de suplir la necesidad del niño es demostrándole afecto. Si deseas tener unos niños saludables que después sean muchachos nobles y con virtudes, hay un poder inmenso tan sólo en un abrazo sencillo.

Cuántos padres en México no saben abrazar a sus hijos. En Hispanoamérica, la imagen del macho acaba con la imagen verdadera del padre varonil, quien realmente es el que sabe abrazar a sus hijos y darles un beso.

Recuerdo un niño adoptado, que fue traído a América desde Vietnam después de haber sufrido en la guerra terriblemente al ser adoptado por unos padres piadosos; se le preguntó al niño si quería regresar a su país y dijo: - no, porque aquí soy alguien especial - ¿Por qué se sentía especial ese niño? Él decía “mis padres me tratan como alguien especial”.

Dales amor a tus hijos, lo necesitan
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