La Soledad I Parte: La Noche más Oscura
 

Una perfecta solución
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Blas Pascal, un científico famoso francés, dijo lo siguiente: “en el corazón de todo ser humano existe un vacío que tiene la forma de Dios.” Hay un vacío dentro de ti que solamente Dios puede llenarlo. Dios te creó a ti para que tu corazón no descanse hasta que puedas encontrarlo a Él. La más grande necesidad del ser humano es asegurarse de que pueda tener una relación recta y agradable con Dios. Piensa en esto por unos momentos.

Qué importante es entonces saber que sí hay esperanza; sí la hay definitivamente.

¿Recuerdas las palabras “El Señor es mi pastor, nada me faltará”? Nunca te faltará Su presencia, nunca te faltará ese alimento precioso que puede fortalecer tu alma y que te ayudará a hallar descanso, tranquilidad, que restaurará tus emociones dañadas.

Ese alimento es el amor. Pero no es cualquier clase de amor el que puede llenar tu vida porque hay personas que han tenido muchos amantes y amoríos, pero terminan vacíos y solos y hasta con intentos de suicidio, desesperados en su búsqueda.

Hay un amor puro y limpio, desinteresado que sí puede llenar tu vacío. Ese amor brota del manantial y la fuente que se llama el Dios Todopoderoso. Eso es importantísimo: estar abierto con Dios, ser honesto con él, decirle exactamente cómo te sientes, ser sincero.

Sobre todas las cosas, acepta el problema en tu vida. Aceptar las cosas en nuestra vida puede conducirnos a una paz real. Déjame explicarte cómo es esto.

Nosotros no podemos cambiar las circunstancias que nos rodean, muchas están más allá de nuestro control. Solamente somos responsables por aquellas cosas que están bajo nuestro control. Lo que debemos y podemos cambiar son nuestras actitudes internas hacia lo que nos rodea.

Quizás yo no puedo cambiar a esa persona que me lastima y ofende; sin embargo, puedo cambiar mi actitud interna hacia esa persona. Puedo perdonarlo y ya no pensar mal de él, ya no tenerle miedo o guardarle rencor.

Quizás yo no puedo cambiar la situación que me rodea: mis vecinos, mi trabajo, mi familia; sin embargo, dentro de mí puedo cambiar mi actitud. Esa es la esperanza que está puesta delante de ti. Esa es la respuesta para la soledad.

La soledad tiene remedio: cambia tu actitud interna hacia lo que te rodea. La respuesta está dentro de nosotros y arriba de nosotros. Con esto me refiero a que está en ti y en el Dios Todopoderoso el poder para llenar el vacío que llevamos dentro.

Acepta, adáptate al medio que te rodea, pero cambia tu actitud interna. En vez de resentirte y rebelarte a esa soledad, acéptala. Hay quien se interesa y preocupa por ti, mucho más de lo que te imaginas. Hay un amor que va más allá de lo que entendemos.

La persona solitaria enfrenta dos caminos a seguir. Uno es hallar descanso y alivio en Dios. El otro camino es sucumbir y continuar viviendo las consecuencias de la soledad.
Puedes tratar de escapar de esa vida en el alcohol, en las drogas, en los amoríos; sin embargo, no vas a poder ser libre de la soledad. Enfrenta con valor tu problema. Confía en Dios y él hará.

El Salmo 25:6 dice “Acuérdate Dios de tus piedades y misericordias que son perpetuas.”
Dios se acuerda del solo, tiene cuidado del que sufre.

Anímate, experimenta el poder de dar amor. En lugar de sólo recibirlo. Trata de ayudar a las personas que están a tu alrededor. Involúcrate en actividades que puedan hacerte libre de esa soledad inquietante.

Ve y visita a esas personas que sufren, que están apunto de morir. Anímalas, dales consejo, háblales de Dios.

Si tú no puedes describir lo que sientes y piensas, si estás luchando con sentimientos de soledad, háblalo, no te quedes callado, busca ayuda.

Siempre habrá alguien que pueda extender los brazos y ayudarte. Siempre habrá alguien que pueda sentir compasión por tu soledad. Siempre habrá alguien que te escuche, no pienses que estás solo.

La ayuda viene de arriba
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