Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

La soledad es universal, porque ha afectado a todas las razas y culturas. La soledad trae preocupación, temor, vacío. En una encuesta que se realizó entre pacientes en un hospital psiquiátrico, el 80% decía que era la soledad lo que los llevó a buscar ayuda del psiquiatra.

Muchas personas se sienten desesperadas, no hayan a quién acudir para poder abrir sus corazones, para hablar y ser escuchados.

Los seres humanos hoy en día tenemos la necesidad de ser escuchados pero muy pocos de nosotros tenemos la disposición de escuchar al otro. Vivimos tan de prisa, tan rápido, con afán y ansiedad. Nos ocupan el trabajo, las presiones económicas, las distancias y  los cansancios.

Nuestros problemas también nos hacen centrarnos en nosotros mismos, nos hacen egoístas, nos evitan levantar los ojos para ver más allá y decir “tú necesitas ayuda, quiero escucharte”, sea tu esposo, esposa, hijo o hija, sea un amigo.

Las personas a veces están locas ya de pensar, están agotados sobre su soledad.

Cuánta compasión siente nuestro corazón al ver jóvenes solos, mujeres que llevan grandes problemas y no tienen con quien hablarlos, multitudes de personas que transitan y caminan por las calles del mundo vacías, desorientadas, confusas, desesperadas, que se sienten atrapadas en una celda, en una noche oscura incurable.

La soledad florece en medio de nosotros.

Uno esperaría que conforme va creciendo la población nos sintamos más acompañados, pero esa no es la realidad. Recuerdo haber escuchado el testimonio de un hombre que caminaba por las calles, se sentía solo y vació, elevaba sus ojos para ver si alguien se interesaba en mirarlo a él.

Trataba de llamar la atención, de saludar a otros y decir hola, aquí estoy. Seguía caminando por la calle pero los ojos de las personas no lo miraban a él, al contrario, lo evitaban. “Nadie me saludaba, nadie me llamaba, todos parecían estar de prisa.”

Él representa a muchísimas personas desesperadas el día de hoy que buscan a otros para buscar ayuda, comprensión, para ser escuchados y no encuentran respuesta, sino silencio y gente de prisa.

Muchas personas se preguntan “¿por qué estoy tan solo habiendo tantas personas a mi alrededor?” Tú estás aprendiendo la lección dolorosa de que hay muchas personas alrededor sin ninguna amistad o relación cercana con ellos.