La Soledad I Parte: La Noche más Oscura
 

La Soledad no es buena
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hemos mencionado anteriormente que no es bueno estar solo en una forma continua y permanente. El hombre fue creado como un ser, el cual necesita relacionarse socialmente. Cuando no hay ese estado de relación y hay aislamiento, la persona siente una gran desesperación en su vida.

Hoy vivimos en una sociedad que va cambiando rápidamente. Solamente pon atención a esta encuesta.

Cada año, el 20% de las comunidades urbanas van cambiando de localización. Esto quiere decir que muchas familias, el 20% en ciudades importantes, se mudan a otras ciudades cada año. Esto precipita la desintegración familiar y profundiza el vacío de las personas.

México es un país en el que muchos de sus habitantes emigran al país vecino. Esas personas muchas veces se sienten solas, lejos de su país. Otras personas de otros países de Sudamérica igualmente emigran para encontrar mejores fuentes de trabajo.

Otros se sienten solos en guerras, estando en campamentos de refugiados.  Personas en los hospitales, en sus casas enfermas, jóvenes, todas las edades. Nadie es inmune a este dolor llamado soledad.

Desgraciadamente la rápida urbanización del mundo nos llevaría a pensar que estamos más juntos. Nos reunimos en ciudades, en colonias y residencias; sin embargo, los efectos de la falta de comunicación entre padres e hijos y entre esposos tienen un significado importante en las vidas de tal manera que se pierde esa conversación inteligente y profunda que puede llevar a unir los hijos.

La televisión, desgraciadamente, se ha convertido muchas veces en causa de separación en los hogares. Aun a la hora de comer, ese momento precioso que se debe aprovechar para dialogar, cada quien está viendo diferentes programas que muchas veces están llenos de violencia, pornografía, crimen, etc. Y como consecuencia estamos cosechando un aumento agudo en el crimen e inmoralidad sexual que destruye  y ahonda más la soledad.

Muchos jóvenes se sienten solos, desamparados, tratando de encontrar prototipos en los artistas de rock, en los artistas famosos que usan la droga, la heroína, que son homosexuales o lesbianas, tratando de inspirar sus vidas a través de esos ejemplos que a lo único que los conducen es a un camino de mayor soledad. Los conducen al vacío, a las drogas, al suicidio, a la rebeldía.

Estamos viendo un mundo lleno de fantasía a través de los medios como la televisión. Se nos presenta un mundo irreal e inalcanzable, en vez de estar disfrutando la interacción familiar con nuestros hermanos, papás, esposas y amigos, que es tan buena y útil.

Cuando los padres están preocupados acerca del desarrollo moral e intelectual de sus propios hijos y hacen un intento por tratar de controlar lo que ven sus hijos en la televisión, ésta se vuelve un puente de discordia familiar.

La invasión de la televisión en la familia se combina para proveer una cultura fértil para la soledad.

Un vacío universal
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